La Forma Urbis (también conocida como Forma Urbis Severiana) era un gigantesco plano de la antigua Roma esculpido en mármol durante el reinado del emperador Septimio Severo, entre los años 203 y 211 d.C. Su tamaño original era de 18 por 13 metros, y estaba compuesto por 150 placas de mármol que cubrían todo un muro del Templo de la Paz.
Curiosamente la disposición del plano, que estaba hecho a una escala de 1:240, mostraba el norte hacia abajo y el sur hacia arriba (en realidad el sureste), al igual que los posteriores mapas islámicos.
Se trataba de una representación cartográfica de la ciudad de Roma, con detalle de las plantas de cada templo, termas, ínsulas, tiendas, palacios y demás edificios, incluso escaleras. Además incluía los nombres de las calles y de los edificios más importantes.

Pero tras la caída del Imperio Romano de occidente el mapa fue destruyéndose poco a poco, siendo utilizados sus fragmentos en nuevos edificios y para fabricar cal.
De modo que hoy en día tan solo se conserva aproximadamente un 10-15 por ciento del original, fragmentado en 1.186 piezas.
No existen referencias al plano en las fuentes antiguas, de modo que su datación parte de la propia evidencia del mapa, esto es, en función de los elementos representados. Por ejemplo, no aparece en los frangmentos conservados ningún monumento posterior a la época de Septimio Severo.
Tampoco se sabe cual era su función, aunque algunos estudiosos piensan que la sala en la que se encontraba correspondía con la oficina del Prefecto de la ciudad, quien tenía a su cargo la intendencia, la policía y la conservación de los edificios. Lo cual, parece tener mucho sentido, si el plano hubiera podido ser usado como localizador.
Cosa que parece improbable ya que resultaría dificil ver los detalles de su parte superior, a 13 metros de altura. Por lo que la teoría que más adeptos tiene es que tenía una mera función ornamental.

Los primeros hallazgos de fragmentos se produjeron en 1562 en el jardín adyacente a la Iglesia de San Cosme y San Damián. De hecho, la iglesia, que se construyó hacia el 530 pegada al Templo de la Paz, incluía el muro donde estaba el mapa.
Desde 1741 se exhibieron en el Museo Capitolino, e incluso se fabricaron copias de piezas perdidas para encajar con las originales. Desde entonces han ido apareciendo más fragmentos en excavaciones, restauraciones de edificios y construcción de túneles y carreteras. Desde 1998 se expone en el Museo della Civiltà Romana.

La Universidad de Stanford mantiene un proyecto y una base de datos cuyo objetivo es estudiar el mapa y conseguir ordenar todos los fragmentos que, hasta ahora, nadie ha sido capaz de colocar en su posición original.
A comienzos de 2016 se anunció el descubrimiento de que un gran fragmento hallado en 2014 encajaba con muchas de las piezas anteriormente encontradas. Esta nueva pieza apareció durante la restauración del Palacio Maffei Marescotti en el Vaticano, posiblemente reutilizada en su construcción en el siglo XVI. Y es importante porque este gran fragmento se corresponde con el actual área del Ghetto, una de las más monumentales de la antigua urbe, dominada por el Circo Flaminio construido en el 220 a.C., cuyo nombre aparece en el mismo.
Todos los fragmentos pueden verse online en la Stanford Digital Forma Urbis Romae Project.
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