En la famosa película El Halcón Maltés dirigida por John Huston y basada en la novela homónima de Dashiel Hammett, Humphrey Bogart, como el detective Sam Spade, recibe el encargo de buscar a una persona desaparecida. Aunque descubrirá que en realidad lo que quiere el cliente es una estatuilla tachonada de piedras preciosas (del material de que están hechos los sueños, en genial diálogo final escrito por Huston, pues no sale en el libro), tras la que van otros personajes sin escrúpulos.
La estatuilla en cuestión tiene forma de halcón y se la habrían regalado los caballeros de la Orden de Malta al emperador Carlos I de España por haberles donado la isla, si bien él no llegó a verla nunca porque el barco en que se transportaba fue asaltado por unos piratas y nunca más se supo de ella.
Hasta aquí el argumento. Porque en realidad nunca existió esa pieza desde el punto de vista histórico. El Halcón Maltés era un auténtico halcón, vivito y coleando, que los caballeros de la Orden de Malta tenían que envíar anualmente al rey de España Carlos I. Un tributo simbólico por haberles cedido las islas de Malta y Gozo.
Estos caballeros de la Orden de Malta eran los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, quienes habiendo sido expulsados de Tierra Santa por Saladino en el año 1187 se refugiaron en la isla de Rodas. Allí siguieron cumpliendo sus funciones de asistir a los peregrinos cristianos y frenaron la expansión turca hasta que también se vieron desalojados de la isla tras un largo asedio.
Tras recorrer varios puertos mediterráneos, finalmente Carlos I los toma bajo su protección y les cede a perpetuidad el 23 de marzo de 1530 las islas de Malta y Gozo así como el enclave de Trípoli, imponiendo como pago el tributo de un halcón maltés adiestrado para la caza.
Los caballeros cumplieron su obligación durante 268 años, hasta que las tropas napoleónicas les obligaron a abandonar las islas en 1798, y los convirtieron en el único país actual del mundo sin territorio.
El halcón era entregado al virrey de Sicilia, quien lo enviaba por barco a Mallorca. Desde ahí era custodiado por el Real Gremio de Halconeros de España y trasladado a los Carabancheles de Madrid, donde el gremio tenía su sede. El gremio se restableció en 2003 con una ceremonia en el ayuntamiento de Carabanchel que conmemoraba su 525 aniversario, y en 2005 recuperó la tradición del tributo haciendo entrega de un halcón al rey de España.
En cuanto al halcón de atrezzo usado durante el rodaje de la película, ss fácilmente reconocible porque está levemente abollado, ya que se le cayó al suelo a la actriz Lee Patrick durante una escena. Mide treinta centímetros y pesa veinte kilos, pues se fabricó de plomo.
Durante un tiempo se expuso al público en varias salas e incluso formó parte de la colección del Museo Warner Bros, junto a otras piezas que se utilizaron en sus películas, como el vestuario de la saga Batman, el piano de Casablanca, algunos decorados de la serie Harry Potter o elementos de la filmografía de Tim Burton, entre otras. Se pudo ver incluso en el Centro Pompidou de París o el MoMA de Nueva York.
En 2013, setenta y dos años después de que Huston consagrara a Bogart como Sam Spade, la estatuilla fue subastada en la casa Bonhams por casi cuatro millones de dólares. Se ignora quién es su actual propietario.
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