Paul Fackenheim, alias Koch, fue un judio alemán que se convirtió en espía de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Si bien no lo hizo por voluntad propia sino para librarse de un destino peor e intentar salvar a su familia.

Fackenheim era un veterano de la Primera Guerra Mundial condecorado por su valor en el combate, y acérrimo patriota alemán, además de amigo de Hermann Göring. Eso no le sirvió de mucho cuando los nazis le metieron en el campo de concentración de Dachau en 1939.

En aquellas circunstancias y habiéndosele infectado una herida en la espalda, acudió a la enfermería, aun sabiendo que podía ser su último día, ya que lo normal era que a los prisioneros no se los tratase de infecciones, más bien se deshacían de ellos. Para su sorpresa no solo fue tratado de sus heridas, sino que permaneció allí hasta que estuvo recuperado.

Luego fue conducido a una habitación donde dos hombres vestidos de paisano le recibieron amablemente. Eran de la Abwehr, el servicio de inteligencia alemán. Sabían de su participación en la anterior guerra mundial, y le preguntaron si quería volver a hacer algo por su país y de paso obtener la libertad. A cambio le prometieron que a su mujer y a su hijo, que vivían en Frankfurt, no les pasaría nada. Sin poder hacer otra cosa, Fackenheim aceptó.

Los nazis necesitaban un espía judío porqe estaban convencidos de que Rommel se abriría paso a través de Egipto hasta Palestina en cualquier momento. Y era imprescindible crear una red de espías y saboteadores en el territorio administrado por los británicos que, imaginaban, se convertiría en el próximo campo de batalla. Alguien que pudiera pasar por local. Fackenheim tenía familia en Palestina, hablaba hebreo, había sido militar y era leal a Alemania, así que encajaba en el perfil.

Durante los meses siguientes, con la oposición de las SS y la Gestapo, que no se llevaban demasiado bien con la Abwehr (la mayoría de mandos de inteligencia eran antinazis, incluyendo a su director Wilhelm Canaris), lo entrenaron, le enseñaron a usar la radio y a cifrar y descifrar mensajes usando códigos de encriptación.

En la noche del 10 de octubre de 1941 fue lanzado en paracaídas desde un bombardero Heinkel 111 sobre Palestina. Tenía que hacerse pasar por refugiado, alegando haber escapado de Alemania a través de Grecia en un pequeño bote. Su primer objetivo era conseguir documentación falsa y un trabajo que le permitiera moverse por la zona y espiar los movimientos de tropas y la base naval de Haifa.

Pero no tuvo suerte y su lanzamiento en paracaídas había sido filtrado a los británicos por agentes de Himmler para desacreditar a Canaris y conseguir el cierre de la Abwehr. Perseguido durante varios días, al final se entregó y confesó que había aceptado la misión solo para salvar a su familia, y sugirió a las autoridades británicas que le convirtieran en agente doble. Pero al comprobar los documentos falsos que llevaba a nombre de Paul Koch le confundieron con Erich Koch, un general de las SS, y le llevaron a El Cairo para ser juzgado por espionaje. Allí, la abogada que le defendió consiguió encontrar a una mujer judía local que le había conocido antes de la guerra en Alemania y pudo identificarle correctamente.

No obstante se pasó el resto de la guerra en un campo de prisioneros. Al finalizar el conflicto fue liberado y devuelto a Frankfurt, donde se encontró con que su esposa e hijo habían sido asesinados.

No fue el único caso en que un judío espió para los nazis. Al tiempo que Fackenheim también fueron enviados varios judios armenios y un polaco, con la misma misión. Pero sí fue uno de los pocos casos de judíos liberados por los nazis de un campo de concentración.

Michael Bar Zohar contó su historia en su libro de 1971 Koch, el espía judío de Hitler. El registro de Ernst Paul Fackenheim puede consultarse en los Archivos Nacionales Británicos.


  • Compártelo en:

Descubre más desde La Brújula Verde

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Something went wrong. Please refresh the page and/or try again.