El insólito culto a John Frum, encarnación de los soldados norteamericanos en Vanuatu

Cruz ceremonial de culto a John Frum en Vanuatu / foto Tim Ross en Wikimedia Commons

Vanuatu nos queda un poco a desmano y probablemente la mayoría relacionará ese país con paradisíacos atolones de aguas cristalinas sobre las que descansan hoteles tipo palafito. Se trata de un archipiélago de origen volcánico situado en el océano Pacífico, entre Australia, Nueva Caledonia, las Islas Fidji y las Salomón, habitado fundamentalmente por un cuarto de millón de personas de etnia melanesia y curiosamente descubierto en 1606 para occidente por el portugués (al servicio de España) Pedro Fernández de Quirós, si bien el territorio se lo repartieron Gran Bretaña y Francia en el siglo XIX hasta que en 1980 se proclamó la independencia.

La religión más extendida en Vanuatu es el cristianismo, sobre todo el presbitarianismo seguido del catolicismo y el anglicanismo, por evidente influjo colonizador. Sin embargo, se conservan multitud de pequeños cultos tradicionales y algunos que no lo son tanto pero que han arraigado entre la gente, aún cuando a nuestros ojos resulten algo estrambóticos. Buen ejemplo de ello es el que se hace en la isla de Tanna al duque de Edimburgo (el príncipe Felipe, el marido de la reina Isabel II) porque en una ocasión que la visitó se le identificó con un personaje que en su mitología atraviesa el mar para casarse con una mujer muy poderosa.

Ahora bien, no es algo tan raro en Tanna, donde la tribu Yaohnanen adora a otro personaje aún más insólito con un nombre tan a priori desconcertante como John Frum. En este caso no se trataba de una leyenda ancestral sino bastante reciente, de los años treinta del siglo XX: un hombre de pequeña estatura y pelo blanco, con voz potente y un vestuario de botones brillantes que un día regresará cargado de maravillosos regalos y fortuna.

Cada viernes se reúnen, en un pequeño pueblo a los pies del monte Yasur, unos seis mil fieles liderados por un jefe local llamado Isak, que en 2006 explicó a la revista Smithsonian que se trata de un movimiento espiritual y cultural que brotó, en parte, como reacción contra la opresión moralista que sufrían sus costumbres: «Seguimos rezando a John, que volverá con muchos regalos. John Frum vino a ayudarnos a recuperar nuestra tradición, nuestra forma de beber kava, nuestra fiesta, una cultura que los misioneros y el gobierno colonial estaban destruyendo. John es un espíritu; él lo sabe todo. Es aún más poderoso que Jesús».

Bandera ceremonial de John Frum en Vanuatu / foto Charmaine Tham en Wikimedia Commons

Pero ¿de dónde salió esa deidad de nombre extrañamente reminiscente a la lengua anglosajona? Está relacionado con una divinidad llamada Keraperamun, una de cuyas encarnaciones se opuso a la represión de costumbres llevada a cabo por las autoridades, pero para entender la verdadera fuerza del culto hay que echar un vistazo al contexto histórico y recordar que en la época en que surge el mito se estaba en plena Segunda Guerra Mundial y el Pacífico era uno de los grandes frentes entre los aliados y los japoneses. El conflicto había superado ya su ecuador y el ejército estadounidense se iba adueñando poco a poco de los territorios insulares. Vanuatu fue uno de ellos.

Parece obvio identificar a John Frum con algún militar o con todos en general, tanto por la descripción de sus rasgos como, sobre todo, la del uniforme. Además, hay que tener en cuenta el impacto positivo que tuvo la presencia norteamericana en la isla de Tanna, a donde llegaron cerca de trescientos mil hombres que construyeron pistas de aterrizaje y hospitales, además de llevar alimentos, medicinas y toda clase de suministros de los que se beneficiaron los isleños.

El nombre John Frum se atribuye al de algún soldado o a la expresión en inglés usada para presentarse: «John, from [America]…», que traducido sería «[Soy] John, de [América]…» El recuerdo dejado por ese hombre o esa gente fue tan positivo que surgió una singular forma de culto con la esperanza de propiciar su regreso. Así, aparte del ceremonial de los viernes, cada 15 de febrero celebran el Día de John Frum marchando en formación alrededor de un poste con la bandera de Estados Unidos. Los ancianos visten viejos uniformes del ejército norteamericano cargados de medallas y el resto de devotos llevan la palabra USA pintada de rojo en el pecho desnudo. También hay danzas típicas y teatro folklórico.

La Oficina de Turismo de Vanuatu explica que son gente «abierta a los visitantes y les dan la bienvenida a sus actos religiosos», invitando a los turistas a participar en un ambiente bastante amable y relajado. Incluso han creado un partido político, llamado Song Keaspai, con dos diputados en el parlamento nacional. Así, aunque no se sabé cuándo será, la aldea sigue esperando el retorno de John Frum cargado de todo aquello que, en su momento, constituyó una revolución en los usos insulares: medicamentos, radios, vehículos a motor, hielo… Sí, seguramente también Coca-Cola.


Fuentes

Oficina de Turismo de Vanuatu