La configuración actual de la superficie terrestre se debe al movimiento, durante miles de millones de años, de las placas tectónicas. Esto ha dejado en el fondo oceánico huellas y pistas que ahora un nuevo mapa topográfico del fondo marino realizado en 2014 está empezando a revelar.
La NASA publicó el mapa el pasado 13 de enero, mostrando la compleja topografía del fondo marino de nuestro planeta, surcado de crestas y picos. Analizando éstos los investigadores pueden obtener datos acerca de cuando se produjo la separación del supercontinente Pangea, estimado en unos 200 millones de años, para dar lugar a la formación de las cadenas montañosas y la corteza marina actual.
Para elaborar el mapa se empleó un modelo basado en la gravedad, con datos de altimetría obtenidos por los satélites CryoSat-2 y Jason-1. La altimetría mide la altura de la superficie marina desde el espacio, cronometrando el tiempo que tarda una señal de radar en rebotar y regresar al satélite. El resultado es que las crestas de la superficie oceánica replican tanto la topografía del fondo como el campo gravitatorio de la Tierra.
Del análisis del nuevo y completo mapa topográfico los investigadores obtuvieron en noviembre pasado una nueva pieza del puzle: una microplaca desconocida hasta ahora, que se habría desprendido de placas tectónicas más grandes. A esta nueva microplaca, la primera descubierta en el Océano Índico, se le ha dado el nombre de Microplaca Mammerickx, en honor de Jacqueline Mammerickx, pionera de la topografía marina.
Su tamaño es más o menos similar al de la isla de Tasmania, y su descubrimiento ha ayudado a los científicos a establecer la antigüedad de colisión entre la placa India y la Euroasiática (la que formó la cordillera del Himalaya) en unos 47 millones de años.
Hace unos 50 millones de años la placa India se movía a una velocidad de 15 centímetros por año. Cuando golpeó contra la placa euroasiática la velocidad se ralentizó y cambió de dirección. Esto hizo que la tensión entre la placa India y la Antártica aumentase y finalmente produjese que un pequeño trozo de la placa Antártica se desgajase, dando como resultado la microplaca Mammerickx.
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