En el año 409 a.C. las tropas cartaginesas arrasaron la ciudad griega de Selinunte, en Sicilia, matando o haciendo prisioneros a sus mas de 20 mil residentes. Unos pocos miles quedaron en la ciudad como tributarios de Cartago.

Años más tarde, en 250 a.C., toda la población fue trasladada a Lilibea, y ya nunca regresarían. Desde entonces las ruinas de la ciudad se han conservado intactas bajo tierra, esperando a que los arqueólogos las descubrieran y examinaran.

A lo largo de los años se ha desenterrado y excavado toda la ciudad, compuesta de unas 2.500 casas, las calles, el puerto y una zona industrial que producía cerámica. Los arqueólogos han comparado a Selinunte con Pompeya, dado su alto grado de conservación.

Plano de la acrópolis de Selinunte | foto dominio público en Wikimedia Commons

Y es que tan solo el 15 por ciento de la ciudad, incluyendo la espectacular acrópolis y los templos, permaneció a la vista. Dos de los templos fueron incluso reconstruidos a mediados del siglo XX, tras haber sido víctimas de un terremoto. Por ello Selinunte es la única ciudad griega clásica que se ha conservado al completo.

Las actuales excavaciones están sacando a la luz cómo fue ese momento exacto en que Selinunte dejó de existir como ciudad, y quedó preservada en el tiempo bajo el lodo. Algo que ha permitido calcular cuanta población habitaba las ciudades griegas, y cuantas casas podían llegar a albergar, datos desconocidos hasta el momento.

Anteriormente los arqueólogos solo podían tener una idea fragmentaria de como funcionaban las ciudades de la antigüedad griega.

Ubicación de Selinunte en la costa suroeste de Sicilia | foto Ghitax/Rowanwindwhistler en Wikimedia Commons

Se están analizando incluso los restos de comida encontrados en una docena de tazones sepultados bajo el techo de un edificio derrumbado, probablemente incendiado por los invasores.

Por vez primera en Selinunte los arqueólogos pueden también comprender el funcionamiento de una zona industrial y las complejas relaciones entre la población y la economía del lugar.

Acrópolis de Selinunte / Shutterstock
Acrópolis de Selinunte / Shutterstock

Las excavaciones están dirigidas por el profesor Martin Bentz de la Universidad de Bonn, cuyo equipo ha encontrado hasta ochenta hornos dedicados a la fabricación de recipientes de almacenamiento de alimentos y de pequeñas estatuillas de dioses.

La arqueología de Selinunte es única en el mundo, principalmente porque toda la ciudad dejó de existir como centro de población en menos de un día. Literalmente, de un día para otro, se convirtió en una ciudad fantasma.

Antes de la fatídica fecha del 409 a.C. la ciudad producía hasta 300 mil unidades de cerámica, exportando aproximadamente el 80 por ciento de la producción al resto del mundo griego y mediterráneo.

Templo C de Selinunte | Foto Jorre en Wikimedia Commons

Los arqueólogos planean ahora estudiar la cerámica de todo el mundo mediterráneo antiguo con el fin de descubrir a donde fueron estas exportaciones.

Dos milenios y medio después de su trágica desaparición, Selinunte vuelve por fin a resurgir.


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