Un equipo multinacional de arquitectos, arqueólogos e ingenieros de Grecia, España, Italia y Reino Unido ha puesto en marcha uno de los proyectos más asombrosos y fascinantes que recuerdo en mucho tiempo: reconstruir el Coloso de Rodas, la gigantesca estatua que se alzaba a la entrada del puerto de la isla y que fue una de las Siete Maravillas del mundo antiguo.
Hay un montón de estatuas enormes repartidas por el planeta, con especial concentración en Asia. Sin embargo, el ya bautizado como Colossus of Rhodes Project prevé superar ampliamente el récord que ahora ostenta el Buda del Templo de Primavera sito en China.
Éste alcanza los 153 metros de altura pero 25 de ellos corresponden al pedestal sobre el que descansa, mientras que la figura griega tendrá 150 metros apoyándose directamente en el suelo.
Recordemos que el original, una obra del escultor Cares de Lindos que representaba a Helios, se colocó en el puerto para celebrar el rechazo del intento de invasión de Rodas por parte de la flota del macedonio Demetrio Poliorcetes.
La iconografía suele mostrar al dios con un pie a cada lado de la entrada a la rada, aunque los expertos actuales creen que eso era imposible porque se habría hundido por su propio peso y hubiera sido necesario cerrar el lugar al tráfico marino durante una buena temporada. Otros opinan que en realidad estaba en la ciudadela pero no hay nada seguro.
El caso es que el proyecto actual sí prevé situarlo donde dice la tradición y con las piernas haciendo de arco triunfal, si bien se prolongará la longitud de la túnica para que sirva de tercer apoyo. El problema del peso también tendrá solución: el antiguo, cuentan, se construyó con el bronce derretido de las armas y protecciones capturadas al enemigo pero medía menos, unos 40 metros, mientras que su sucesor aumentará el tamaño porque en la práctica será un edificio. De hecho, su interior hueco albergará un vanguardista museo arqueológico, así como una biblioteca, un restaurante y un centro cultural.
Asimismo, recuperará otras funciones primigenias, como la de faro para la navegación: su luz se verá desde 56 kilómetros de distancia y tendrá la particularidad de ser autogenerada, al igual que el resto de la energía del conjunto, ya que la piel de este Helios poco común estará recubierta de paneles solares.
Pero la función probablemente más importante será servir como icono turístico de la isla. Así lo han declarado los autores del Colossus of Rhodes Project: «Poner a Rodas de nuevo en el mapa» y, de paso, crear empleo e impulsar la economía local. De hecho, se espera que propiciará un incremento de visitantes del 150%, lo que supondrá ingresos por valor de 2 millones de euros.
Esperemos que este coloso dure más que su predecesor que, terminado en el 292 a.C. (por otro artista llamado Laques, pues Cares se suicidó al arruinarse por no calcular bien el coste), apenas se mantuvo en pie 66 años porque un terremoto lo derrumbó.
Los restos permanecieron en el sitio nueve siglos, hasta que los musulmanes, que habían invadido Rodas en el 654 d.C, se los llevaron para fundirlos. Ahora será cosa del trabajo que haga el equipo internacional, en el que figuran los arquitectos Ari A. Palla y Ombretta Iannone, el arqueólogo Christos Giannas, la comercial Dionisis Mpotsas, los ingeniero Enrique Fernández Menéndez y Eral Dupi, y la economista Matilda Palla.
Más información: Colossus of Rhodes Project
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.