Las imágenes de satélite publicadas por la NASA muestran las misteriosas figuras descubiertas el año 2007 a través de Google Maps en la región de Turgai, al norte de Kazajistán.
Se trata de figuras colosales geométricas, cuadrados, cruces, líneas y anillos del tamaño de varios campos de fútbol, reconocibles sólo desde el aire, y cuya antigüedad se estima en 8.000 años. Parece un hoax en toda regla, pero hasta el New York Times le concede veracidad.
La figura más grande se halla cerca de un asentamiento neolítico. Es un cuadrado gigante compuesto por 101 montículos elevados, cuyas esquinas están conectadas por una cruz en diagonal. La superficie que cubren es mayor que la de la Gran Pirámide de Keops. Otra de las figuras se asemeja a una cruz gamada de tres brazos que terminan en zig-zag doblados hacia la izquierda.

El año pasado ya se presentaron en una conferencia de arqueología en Estambul, pero ahora suman ya 260 figuras compuestas por montículos, trincheras y terraplenes, organizadas en cinco formas básicas.
Al lugar se le conoce ya como la Estepa de los Geoglifos. El interés que suscitan es tal que hasta la NASA publicó hace dos semanas fotografías de satélite detalladas de algunas de las figuras, desde unos 690 kilómetros de altura, y mostrando detalles de 30 por 30 centímetros.

La teoría de Dmitriy Dey, su descubridor, es que se trata de una especie de observatorios para seguir los movimientos solares. El profesor Ronald LaPorte de la Universidad de Pittsburgh cree que no son un hoax y trabaja ya con Dey buscando el reconocimiento y la protección de la Unesco.
Sus creadores pudieron ser la cultura Mahandzhar, tribus nómadas que florecieron allí entre el 7000 y el 5000 a.C. Aunque parece extraño que una cultura nómada se hubiera detenido el tiempo suficiente para levantar unos montículos de hasta 3 metros de altura y 12 de ancho.
Giedre Matuzeviciute, arqueóloga de la Universidad de Cambridge, duda si llamar geoglifos a estas estructuras, como las líneas de Nazca, ya que los geoglifos definen el arte y objetos con una función concreta.

Matuzeviciute excavó dos de los montículos y en ninguno de ellos halló restos de enterramientos. Pero el análisis del material de construcción arrojó una fecha de alrededor del 800 a.C.
En las cercanías se hallaron artefactos de un asentamiento neolítico de entre 6.000 y 10.000 años de antigüedad, como puntas de flechas. Habrá que esperar a nuevas investigaciones para saber más acerca del origen y la función de estas estructuras.
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