Tenemos asumido que la cafeína es una de las drogas más populares que se consumen en el mundo. Quien más quien menos se toma un café, un té o bebidas energéticas bien sea como costumbre social o como hábito tolerado por la sociedad contemporánea.
Muchos de nosotros estamos enganchados a esa dosis diaria de 1, 3, 7 trimetilxantina, el verdadero nombre de ese amargo polvo blanco conocido como cafeína. Sin ella no podríamos afrontar la jornada de trabajo o sobrellevar las tareas que estamos obligados a desempeñar cada día.
La consumas en el producto que sea, café, cola o té, la cafeína es en realidad un estimulante del sistema nervioso central sin el cual sería imposible imaginarnos nuestra vida. De hecho, la hora de descanso en el trabajo se denomina comúnmente la hora del café y en el ámbito anglosajón, a la merienda se le conoce como la hora del té.
El consumo moderado de cafeína tendría un efecto positivo en nuestro cuerpo y, por ende, en nuestra mente. Incluso, está comprobado que la cafeína puede ayudar a mejor la memoria o aumentar la concentración.
Sin embargo, la FDA (Food And Drug Administration), la agencia del gobierno estadounidense responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos, considera que el consumo de 400 mg diarios de cafeína es una cantidad segura para el hombre.
Aunque, en el caso de las mujeres embarazadas el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos estima que el consumo debería estar limitado a 200 mg diarios. Esto sería equivalente a uno o dos cafés, no más de tres tés y cuatro refrescos de cola.
Y si se trata de adolescentes el límite sería de 100 miligramos diarios, estando totalmente prohibido el consumo entre niños, cuyo estado podría alterarse radicalmente.
Pero no todas las personas notan un beneficio al consumir cafeína. En algunos casos ésta causa dolores de cabeza, malestar estomacal, alteración del sueño, palpitaciones cardíacas, circunstancia que se eleva cuando el consumo de productos como el café se eleva a cuatro o más tazas al día.
Todo esto es del dominio público pero hay algunos datos interesantes que puede que no sepas sobre la cafeína.
La cafeína no desaparece del cuerpo hasta después de varias horas
La cafeína se absorbe a través de la sangre y los tejidos después de 45 minutos de ser consumida. El tiempo que tardaría una persona en eliminar la mitad de la cafeína absorbida sería de 4 horas, aunque su desaparición total podría dilatarse hasta 12 horas. Las mujeres embarazadas alargarían esa vida media de la cafeína en el cuerpo hasta unas 10 horas y media durante las últimas cuatro semanas de embarazo.
Al ser eliminada durante la noche esta cafeína crea en el cuerpo un síntoma de abstinencia que provocaría su consumo al día siguiente. Estos síntomas se reducirían drásticamente y el consumidor entraría en una espiral diaria.
Es posible morir por el consumo de cafeína
Si el consumo diario de cafeína llegara a más de 5 gramos en adultos, lo que equivaldría más o menos a entre 30 y 50 tazas de café, el riesgo de muerte sería evidente. Hay noticias de sobredosis por consumo de cafeína en café pero también en píldoras de cafeína, utilizadas para perder peso.
Una cucharadita de polvo de cafeína pura contendría la misma cantidad de cafeína que 28 tazas de café. La muerte en 2014 de dos jóvenes en Estados Unidos por su consumo es un ejemplo del peligro de su ingesta. Este producto se puede comprar legalmente en Internet.
La abstinencia de cafeína está considerada como un problema de salud mental
Si los consumidores habituales de cafeína cortan radicalmente su ingesta puede causar problemas de salud mental. Entre otros, estarían la fatiga, irritabilidad, depresión, dificultad para concentrarse, e incluso en ciertos individuos causaría problemas para concentrarse en el trabajo o desempeñarlo adecuadamente.
La cafeína se parece a una sustancia química del cerebro
La cafeína tiene una estructura molecular similar a la adenosina, un neurotransmisor, sustancia que transmite los impulsos nerviosos en el cerebro. La unión de la adenosina a sus receptores provoca somnolencia y deprime el sistema nervioso central.
Cuando estas moléculas de cafeína sustituyen a la adenosina y se unen a estos mismos receptores, se bloquean las acciones que inducen el sueño y se acelera la actividad de las células nerviosas. Como consecuencia una persona se siente más eufórica, llena de energía y más despierta.
Hay productos que desconocemos que tienen cafeína
Los consumidores desconocen que la cafeína puede encontrarse en caramelos, mantequilla de cacahuete, cierta agua embotellada, caramelos de menta o chicles. Incluso es un ingrediente de ciertos jabones, champús, crema para los ojos o espuma de afeitar.
Ciertos medicamentos que palían los dolores de cabeza y analgésicos para los síntomas menstruales también incluyen cafeína dentro de sus ingredientes. En Estados Unidos se comercializan ciertas píldoras muy utilizadas por los estudiantes en época de exámenes como NoDoz y Vivarin, que contienen 200 miligramos de cafeína por unidad. También está presente en productos de adelgazamiento y suplementos dietéticos.
La cafeína en algunas plantas actúa como pesticida y herbicida
Las hojas, frutos y semillas de algunas plantas como el café, arbustos de té, árboles de cola y cacao, guaraná y yerba mate contienen cafeína. Actúa en algunas plantas como pesticida natural para protegerse de los insectos, pues es tóxica, y puede ser útil en el control de plagas.
Es también un herbicida natural que se libera en el suelo para que las malas hierbas no puedan crecer junto a los arbustos de café y té. Aunque, podría darse el caso que el suelo acumule tal cantidad de cafeína en algunos casos que imposibilitaría el crecimiento de las plantas de café.
Vía: LiveScience
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