Un antiguo refugio antiaéreo de la Segunda Mundial en el distrito de Clapham, en Londres, se ha convertido en una granja hidropónica. La iniciativa surgió en 2014 a partir de dos emprendedores, Richard Ballard y Steven Dring, propietarios de la empresa Zero Carbon Food. Ellos crearon la marca Growing Underground, un nombre muy acertado para este acertado para este proyecto para cultivar vegetales bajo el subsuelo con tecnologías avanzadas.
Porque esta granja está a casi 30 metros y medio bajo tierra. Ocupa una superficie en la que durante el período bélico se podrían refugiarse unas 8.000 personas. Estos largos túneles estuvieron abandonados durante 70 años y ahora están llenos de camas de plantas hidropónicas, apiladas unas encima de otras, que producen sabrosos vegetales como berros, rábanos, albahaca thai, mizuna japonesa, coriandro y ciertas hierbas listos para ser consumidos pocas horas después de ser recolectados. Todo gracias a que son plantas que tienen un ciclo de crecimiento muy corto.
Esta granja hidropónica parece sacada de una película de ciencia ficción. La luz del sol ha sido sustituida por la de lámparas de LED. No se utilizan pesticidas y el consumo de agua está reducido en un 70 por ciento respecto a una explotación en superficie. La humedad, luz, temperatura, calidad de aire y aporte de nutrientes está controlado automáticamente por ordenador.
Uno de sus más fieles aliados es el chef Michel Roux, poseedor de dos Estrellas Michelín. Él es uno de los clientes de estos emprendedores que son capaces de recoger y empaquetar a mano toda la producción. También se han asociado con la compañía Farmdropand y están negociando ser proveedores de los supermercados Whole Foods.
La ventaja competitiva que tiene Growing Underground respecto a otras marcas británicas reside en que su producción no es estacional, de marzo a octubre, sino que son capaces de proveer de vegetales a sus clientes como M&S, Waitrose, Florette y Sainsbury’s durante todo el año.
Con su actual infraestructura, un cuarto de la máxima capacidad de este refugio antiaéreo, Zero Carbon Food produce entre 5.000 y 20.000 kilogramos de productos al año, lo que en facturación equivaldría a 1.3 millones de libras. Sus perspectivas son muy optimistas: piensan en crecer progresivamente en los próximos años.
Vía: Bloomberg
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