¿Recuerdan aquella memorable escena de los hermanos Marx en Una noche en la ópera, la del camarote que se iba llenando poco a poco? Pues hay un rincón de Colombia que se le parece mucho.
No es un barco, aunque sí está en el agua, y tiene tanta gente que da la impresión de no caber un alfiler. Se trata de Santa Cruz del Islote, que probablemente sea la isla más densamente poblada del mundo.
Al menos si se atiende a la relación entre habitantes y espacio disponible, ya que en ese pedazo de tierra residen 1.200 personas en una superficie que apenas llega a una hectárea (o sea, unos 10.000 metros cuadrados).

Eso supone 1,2 habitantes por cada 10 metros cuadrados; teniendo en cuenta lo que ocupan sus casas (unas 97, más un par tiendas, una escuela de enseñanza básica y un restaurante), la sensación debe de ser similar a vivir en una lata de sardinas. Es más, la necesidad de espacio ha obligado a empezar a ganarle terreno al mar, construyendo sobre el agua.
Bien es cierto que ellos mismos advierten de son aproximadamente la mitad, ya que los cálculos se suelen hacer contando a los visitantes. El caso es que no hay electricidad sino un generador que proporciona suministro sólo de noche, aunque se están instalando paneles solares donados por Japón. El agua se recoge de la lluvia en varios tanques, más la que trae un barco de la Armada periódicamente. Tampoco se dispone de médico -sí de un dispensario- ni de policía, salvo un guardia de seguridad porque lo exige la legislación. Pero sus habitantes son razonablemente felices, no existe delincuencia y todos se conocen; al fin y al cabo están emparentados, ya que únicamente hay 6 apellidos.

Otro problema importante, pese a la longevidad común de sus gentes, es el no tener un lugar donde enterrar a los muertos, algo que se hace recurriendo a cementerios de las otras 10 islas. Porque Santa Cruz del Islote no es un sitio aislado sino que forma parte del archipiélago de San Bernardo, en el golfo de Morrosquillo (departamento de Bolívar), pese a que su origen no es natural sino que se creó artificalmente en 1870. El caso es que no está lejos de la costa caribeña colombiana y se tarda algo menos de dos horas en cubrir en barco la distancia desde Cartagena de Indias.
Este último dato es importante porque Cartagena es uno de los principales destinos turísticos del país y ahora se organizan viajes desde allí para conocer tan pintoresca isla. Así, la actividad económica tradicional, la pesca, empieza a verse desplazada por el turismo.
Bueno, para ser exactos se complementan y retroalimentan en simbiosis, ya que la pesca, muy abundante y variada, también atrae turistas; aparte, acuden para realizar excursiones en lancha y submarinismo.

Un lugar interesante, pues, protegido como parque nacional desde 1988 y del que faltaría reseñar una última carencia, ésta positiva: al ser tan pequeño y estar tan lejos del continente, en Santa Cruz del Islote tampoco hay mosquitos.
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