Las artes decorativas siempre han estado un escalón por debajo en la atención y consideración general, por detrás del trío de grandes que forman la arquitectura, la pintura y la escultura. No deja de ser curioso que, teniendo una utilidad inmediata y práctica superior, estén un tanto olvidadas, a pesar de que, a menudo, alcancen un grado de preciosismo tal que las haga ser protagonistas de una visita turística. Es lo que pasa, por ejemplo, con los muebles: a menudo son los que atraen la atención en los palacios y quienes tienen su dosis de protagonismo en el diseño actual.
Lo cierto es que la historia del mobiliario también se divide en una serie de estilos. En general, hasta el siglo XVIII los muebles se clasifican dentro del de su época y cultura. A partir de ahí empiezan a surgir subdivisiones, sobre todo con Francia como referencia. Así, aunque ya había un precedente en el reinado de Enrique IV, será durante el de Luis XIII cuando se dé nombre a un estilo propiamente dicho (caracterizado por muebles grandes pero sobrios).
Después, con el gobierno del Rey Sol, llegó el estilo Luis XIV, que era más lujoso pero sin llegar al barroquismo que mostraba la arquitectura coetánea; robusto, incluso tenía toques clasicistas. Le siguió el estilo Regencia (en alusión al regente de Luis XV, Felipe de Orleáns), que se considera de transición hasta que el monarca cumplió la mayoría de edad y subió al trono, entrando de lleno en el Rococó. Éste, fantasioso, deslumbrante y ostentoso, era perfecto para exaltar el poder de los privilegiados y en los muebles significó la plena incorporación de la tapicería y la marquetería.
El estilo que vino a continuación, el Luis XVI, también es conocido como Style à la grecque por la recuperación de las líneas clásicas de la Antigua Grecia y que tuvo su paralelo en Inglaterra con los estilos Reina Ana, primero, y Adam después. Ese revival, que no se limitó al mobiliario, se desarrolló en parte gracias al descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano. No obstante, el estilo posterior ensalzó aún más esa inspiración; se trata del Directorio que, de la mano de decoradores como Charles Percier o Pierra François Leonard Fontaine reprodujo fielmente los muebles griegos y romanos. Los cuadros de David son un buen testimonio de ello. Entremedias, el Chippendale fusionaba elementos de ambos con otros orientalizantes.
Tras el Directorio, se impuso el estilo Imperio, con la coyuntura del apogeo de Napoleón. Los cánones neoclásicos seguían vigentes pero enriquecidos, incorporando motivos egipcios por ejemplo. Hay que decir que, tras la caída del emperador, Europa Central -y especialmente Austria- el estilo evolucionó hacia el llamado Biedermeier, de rasgos románticos y elegantes, acordes a los gustos de la creciente burguesía. En Inglaterra tuvo su versión en el estilo Regencia, asimilable al Georgiano, sucedido por el Sheraton y el Victoriano. Todos ellos se desarrollaron desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta finales del XIX.
Los historiadores suelen considerar que la etapa decimonónica no terminó realmente hasta la I Guerra Mundial, momento en que el mundo del arte da un giro radical por la aparición del Vanguardismo. Se suceden los diseños rompedores del grupo De Stijl, la Escuela Bauhaus, el Artek y el movimiento escandinavo Arts & Crafts, que además hacen un énfasis especial en la funcionalidad de los muebles y la sencillez de los materiales.
Paralelamente empieza a extenderse el Art Nouveau, que cedería paso al Art Déco y, tras 1945, al estilo Entreguerras. Desde entonces, las escuelas y estilos fueron diluyéndose como tendencias comunes en favor de la iniciativa individual, de manera que los muebles más sobresalientes se identifican con sus propios nombres o con el de su autor. El sillón Egg, la silla Barcelona, la butaca Chesterfield, la otomana Sinus, la chaise longue Le Corbusier, la lámpara Arco, el flexo Tolomeo, el taburete Duomo, el sofá Bocca… Hoy en día es fácil encontrar réplicas de todos ellos, incluso adquirirlas sitios de compras de muebles on line.
Foto 1: Kaldari en Wikimedia
Foto 2: Tremendo en Wikimedia
Foto 3: Sailko en Wikimedia
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