La reciente celebración (el pasado 18 de junio) del bicentenario de la batalla de Waterloo, no se limitó a la espectacular recreación histórica que tuvo lugar in situ (cinco mil figurantes) sino que ha servido de tema para unos cuantos eventos culturales y, por ende, turísticos. En Bélgica, por supuesto, porque fue el escenario, pero también en Francia y Reino Unido, los contendientes principales junto a prusianos, holandeses, hannoverianos…
Ahora bien, los británicos siempre se las arreglaron para casi monopolizar el prestigio de la victoria y ahora, en 2015, han hecho otro tanto apabullando a la competencia con una oleada de exposiciones. El pasado junio, por ejemplo, terminó la que la National Portrait Gallery dedicó a Arthur Wellesley con el título Wellington: triumphs, politics and passions y que incluía el conocido retrato que le hizo Goya al militar inglés.
Pero ahora el National Army Museum presenta una guía on line, llamada Waterloo 200, que analiza con bastante detalle todos los aspectos militares, políticos, sociales y económicos de aquel acontecimiento, además de mostrar piezas originales. A los aficionados a la Historia, y más concretamente a la historia militar, se les hará la boca agua.
El Castillo de Windsor, por su parte, acoge la muestra Waterloo at Windsor: 1815-2015, que se podrá visitar hasta enero de 2016 y también exhibe objetos originales adquiridos en su época por el rey Jorge IV, orgulloso de haber derrotado a Napoleón (de hecho algunos pertenecieron al propio Emperador). Curiosamente, el rincón estrella es la Waterloo Chamber, una sala construida con motivo de la victoria que normalmente no es visitable pero para esta efeméride se abrirá al público con carácter excepcional.
En esa catarsis historicista no se iba a quedar atrás el museo más impresionante de Reino Unido, el British, que además de sus inagotable colección permanente suele organizar exposiciones temporales de gran interés. En este caso, ha preparado para la ocasión una titulada Bonaparte and the British: prints and propaganda in the age of Napoleon (Bonaparte y los británicos: grabados y propaganda en la época de Napoleón) en la que exhibe una antología de dibujos con el Emperador de protagonista.
Unos son casi hagiográficos, elaborados para reforzar la imagen popular del militar corso. Pero los más interesantes, creo, son los que se hicieron en la prensa británica de la época con la intención contraria, caricaturizando al personaje hasta la denigración, de acuerdo con la moda satírica de los periódicos de entonces. Ahí precisamente nació la imagen de un Bonaparte de baja estatura (Little Bony, le llamaban en plan de burla), cuando en la realidad su altura estaba en la media del siglo.
El evento se estructura en cuatro áreas que narran cronológicamente la vida de Napoleón desde su ascensión al poder hasta su derrota y posterior destierro en Santa Helena. Inaugurado el pasado 5 de febrero, se mantendrá abierto hasta el próximo 16 de agosto.
Más información: British Museum
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