La ciudad situada a mayor altitud del planeta no hay que buscarla en las remotas laderas del Himalaya, ni en las altitudes africanas o europeas. Se encuentra situada al sur de Perú, en plenos Andes y a unos 5.100 metros de altitud. Claro que llamarle ciudad a un conjunto ingente de chabolas como es La Rinconada, puede ser discutible. Pero si nos atenemos al número de habitantes, se acercaría bastante.
Para hacerse una idea de lo alto que es eso estaría unos 300 metros por encima de la cumbre del Mont-Blanc, y solo a 500 por debajo del Elbrus, el techo de Europa.
Actualmente cuenta con una población de unos 50.000 habitantes. ¿Qué hace allí toda esa gente viviendo en condiciones extremas? La temperatura media anual del lugar es de 1,3 grados centígrados. La máxima son los 11 grados de media de octubre, y la mínima los -11,6 grados de media de junio. Todo el pueblo está construído a 600 metros en línea recta de un glaciar.
Además el lugar no cuenta con sistema de saneamiento, alcantarillas ni traída de aguas. Tampoco tiene servicios de calefacción ni ningún otro que en cualquier otra ciudad resultarían indispensables, como recogida de basuras. El suelo está fuertemente contaminado con mercurio.
Por ello no hay agua corriente. Para lavarse sus habitantes utilizan recipientes en los que recogen agua helada procedente del cercano Nevado Ananea. Al parecer existe un mercado de cubos de agua, que van acumulando en el techo de las casas, y que se congela por las noches.
El hecho de que las casas no cuenten con ningún tipo de calefacción, ni de combustible fósil ni estufas de madera, se explica por la escasez de ésta última, pero también por la costumbre. Y es que, como suele pasar siempre que hay oro de por medio, todo el mundo es absurdamente individualista y nunca se han reunido ni puesto de acuerdo para mejorar nada en el pueblo. Esto último son palabras de Yuri Leveratto, que cuenta su viaje al lugar en 2009 en su blog.
Pero, y aquí está la explicación a la pregunta anterior, La Rinconada está situada junto a una importante mina de oro. Decenas de miles de trabajadores emigraron allí durante las últimas décadas atraídos por la fiebre del oro. La mina pertenece a la Corporación Ananea.
Lo más increíble es que todos los trabajadores de la mina trabajan sin paga durante los primeros 30 días de cada mes. No cobran absolutamente nada. El día número 31 es el más esperado por todos. El motivo por el que están allí dejándose la salud y la vida. Ese día se les permite a cada uno sacar de la mina un enorme saco con toda la mena y rocas que sean capaces de transportar.
La esperanza de todos es que entre esas rocas que se llevan a casa pueda encontrarse una buena cantidad de oro que les solucione la vida. Lo cual, evidentemente, no suele pasar. Los que tienen suerte encuentran pequeñas cantidades con las que ir aguantando. La mayoría no consigue nada. Y es que por cada 50 kilos de material apenas se consigue un gramo de oro.
Este sistema tiene un nombre, se llama Cachorreo y su origen hay que buscarlo en la época de la conquista, cuando los caciques locales se aprestaron a proporcionar mano de obra barata para la extracción de los metales preciosos.
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