A lo largo de la historia hay múltiples ejemplos del empleo de animales para la guerra. Y para ser más específicos, como armas de guerra en sí. Incluso la guerra bacteriológica tiene raíces que se remontan más allá de la Antigüedad, como expuso brillantemente Adrienne Mayor en su fantástico libro Greek Fire, Poison Arrows & Scorpion Bombs.
Pero en tiempos modernos la tecnología ha dado lugar a proyectos descabellados, ridículos o simplemente curiosos, que tuvieron a diferentes tipos de animales por protagonistas.
Sobre todo la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría produjeron esperpentos como los que aquí recogemos.
1. Misiles guiados por palomas
Antes de que se desarrollaran los misiles guiados actuales el ejército norteamericano desarrolló un plan que consistía en introducir palomas dentro de la carcasa de un misil. Las aves debían guiarlo hasta su objetivo. Para ello se introducían tres en un corpatimento especial situado en la cabeza del misil, que tenía tres pantallas a modo de ventanas.
Una vez el misil se acercaba a su objetivo, las aves, previamente entrenadas para reconocerlo, comenzarían a picotear las pantallas guiando al misil en la dirección correcta. La cuestión era conseguir que las palomas centrasen en objetivo en las pantallitas.
2. Bombas nucleares con pollos
En 1957, en plena Guerra Fría, los británicos idearon un plan para enterrar bombas nucleares en diferentes lugares de Alemania, para el caso de que a los soviéticos se les ocurriese invadir Europa.
Pero había un problema, las bajas temperaturas germanas hacían que los circuitos electrónicos de las bombas pudieran fallar. Así que se les ocurrió una idea estrafalaria. Poner pollos vivos en las bombas con comida para una semana.
El calor de sus cuerpos aseguraría el mantenimiento de los circuitos. Afortunadamente el proyecto nunca se puso en práctica.
3. Perros anti-tanque
Esto fue una idea que llevaron a cabo los soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial. Colocaban explosivos en el lomo de perros, a los que entrenaban para buscar comida bajo los tanques. Una vez el perro se encontraba bajo el tanque, el detonador era activado produciendo la explosión. Según la propaganda soviética, hasta 300 tanques alemanes habrían sido víctima de este sistema.
Pero según otras fuentes fueron un completo desastre, ya que al ser disparados por los tanques los perros volvían asustados a las filas soviéticas, donde explosionaban. Al parecer el uso de estos perros empezó a declinar a partir de 1942, pero algunos siguieron siendo entrenados por lo menos hasta 1996.
4. Halcones anti-comunicaciones
Los británicos entrenaron un pequeño número de halcones peregrinos durante la Segunda Guerra Mundial. Su misión era interceptar las palomas mensajeras alemanas que trataban de salir de Inglaterra.
Al menos dos de ellas fueron capturadas vivas. Lo que no está muy claro es como distinguían a las palomas alemanas de las propias.
5. Bombas incendiarias con murciélagos
Los norteamericanos desarrollaron este tipo de bombas para ser usadas contra Japón en la Segunda Guerra Mundial. Cada bomba contenía unos 40 murciélagos en estado de hibernación, cada uno de los cuales llevaba un dispositivo incendiario.
Una vez la bomba era lanzada y los murciélagos salían de su estado, buscaban un lugar en el que refugiarse. Entonces el dispositivo detonaba iniciando un fuego.
De ese modo se podrían iniciar miles, si no millones de fuegos, con una cantidad relativamente pequeña de bombas. Nunca llegaron a utilizarse.
6. El gato espía
La CIA se gastó unos 25 millones de dólares (de los años 60) en la Operación Gatito Acústico para implantar en un gato sensores de grabación y una antena receptora. Entrenaron al gato para aguantar el hambre y evitar las distracciones.
Pero el felino murió durante su primera misión en la embajada soviética en Washington, atropellado por un taxi, algo que seguramente fue decisivo para cancelar el proyecto.
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