Hoteles insolitos Harlingen grua

El otro día empezamos a hablar de los insólitos hoteles en los que es posible alojarse si uno decide visitar una pequeña localidad de la provincia holandesa de Frisia: Harlingen, que pese a su tamaño y a no figurar en los primeros puestos de las visitas turísticas a los Países Bajos forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2009.

Pues bien, si el primer post se dedicó al faro rehabilitado como hotel, en este segundo vamos a reseñar otro equipamiento industrial aún más sorprendente e igualmente reaprovechado para ese nuevo uso: una grúa portuaria. Como dicen en la web oficial, es fácil encontrarla porque sólo hay que mirar a lo alto desde el antiguo puerto -está casi al lado del faro, por cierto- mientras se pasea con ese bello telón de fondo que constituyen los mástiles de los barcos anclados y, detrás, el Mar de Waden.

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Se trata de una grúa abatible Figee fabricada en 1967 y que estuvo en activo hasta 1996 para la descarga de madera procedente de Rusia y Escandinavia. En 2001 fue comprada por un particular con la condición de conservarla y restaurarla, tarea en la se invirtieron dos años. De esta manera, la cabina de control ha pasado a ser un dormitorio doble de lujo dotado de pantalla de plasma, cadena musical, Internet y un cuarto de baño. En total son sesenta metros cuadrados muy bien aprovechados.

El acceso hasta allá arriba se realiza mediante un par de ascensores, aunque quien prefiera entretenerse puede seguir subiendo por las escaleras de hierro. Claro que, puestos a entretenerse, nada mejor que mover la grúa con los mandos. Sí, es posible: aún funciona y se ha incorporado a la oferta de ocio para el huésped. Bueno, para ser exactos no se mueve el brazo pero sí la cabina, en trescientos sesenta grados, para obtener las mejores panorámicas. Vistas que se pueden tener también desde la azotea si no se sufre vértigo.

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Desde la habitación se sube por una escalerilla a un nivel superior que hace las veces de comedor. De hecho, al igual que pasaba en el hotel faro, el desayuno está incluido en el precio y resulta una experiencia intensa tomarse un café a diecisiete metros de altura (el brazo mide otros cuarenta y cinco). Se supone que por eso cobran trescientos diecinueve euros la noche en este singular equipamiento que ha recibido diversos nombres populares como la Araña o Willem el Largo.

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Más información: Havenkraan van Harlingen

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