Un nuevo estudio presentado en el 84 Congreso de la Asociación de Antropólogos Americana (AAAS) sugiere que muchas de las características genéticas asociadas con los actuales europeos se desarrollaron hace relativamente poco tiempo.
Un equipo de investigadores dirigido por Iain Mathieson, de la Universidad de Harvard, analizó 83 muestras de genes recogidas como parte del Proyecto 1000 Genomas. Centrándose en los genes SLC24A5 y SLC45A2, que son los responsables de la pigmentación clara de la piel, analizaron también muestras tomadas de un amplio espectro de poblaciones antiguas a lo largo de diferentes períodos y localizaciones.
El Homo Sapiens habitó sólo en África hasta el 700000 a.C., mientras que los primeros Australopithecus Afarensis, los precursores del Homo Erectus, aparecieron hace unos 3,3 millones de años. Cuando estos ancestros comenzaron su migración a otros continentes todavía es un debate abierto, pero el fósil humano más antiguo hallado en Europa fue descubierto en Heidelberg, Alemania, y data del 650000 a.C.
El estudio confirma la suposición de que los primeros humanos modernos que migraron de África a Europa tenían la piel oscura. También que los primeros cazadores-recolectores en España, Luxemburgo y Hungría, carecían de los genes responsables de la piel clara hace tan solo 8500 años.
La llegada de estos genes se cree que corresponde a migraciones de individuos desde el Este, que se habrían mezclado con las poblaciones locales, extendiendo ambos genes y la piel clara por la Europa central y sur.
En el norte de Europa la situación habría sido algo diferente. Muestras del sur de Suecia analizadas contenían ya estos genes hace unos 7700 años, lo que indicaría que las poblaciones norteñas habrían desarrollado ya la piel y los ojos claros antes de la llegada de las migraciones del Este.
Lo que no está muy claro es cómo pudieron estos genes extenderse de una manera tan rápida y por un territorio tan grande. Ni tampoco se sabe el momento exacto en que la pigmentación de la piel cambió. El estudio sugiere que esto puede estar conectado con la necesidad de absorción de Vitamina D. El clima europeo provee menos horas de sol que el africano, y la piel clara favorece una absorción y síntesis más eficiente de la Vitamina D en este caso.
Vía New Historian
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