El planeta no pasa por sus mejores momentos en lo que respecta a la crisis provocada a nivel mundial por la falta de agua. Esta terrible circunstancia está causando malas cosechas, hambre, guerras, migraciones masivas, disturbios civiles e incluso es el germen para la eclosión de cierto tipo de terrorismo.
Los expertos tienen claro que detrás de la escalada de violencia en Irak, Siria o Yemen está la escasez de agua en esas regiones de Oriente Próximo. Un informe publicado por la American Water Works Association (AWWA) revela que no solo es un problema localizado sino que esta falta de agua relacionada con el cambio climático es ya un problema global.
La crisis global del agua ya es un problema serio en ciudades de América Latina, África, Oriente Medio, norte de África y sur de Asia. Los cortes drásticos en el suministro de agua y la disminución del consumo per capita también están afectando a la producción de alimentos y a la generación de energía
Roger Patrick, experto norteamericano y consultor del gobierno en gestión del agua, comenta con ejemplos en el número de marzo de la revista de la AWWA que es evidente «la inestabilidad política en el polvorín que se ha convertido Oriente Medio y el riesgo potencial en otros países a causa de esta circunstancia».
Pocos conocían un informe de la CIA encargado por la secretaria de estado, Hillary Clinton, en el que se concluía que después de 2022 las sequías, las inundaciones y el agotamiento del agua dulce podrían aumentar la posibilidad de que el agua fuera usada como arma, motivo de guerra o herramienta de terrorismo.
Surge el concepto de estrés hídrico, definido por la ONU en el caso de una región cuando en ésta la cantidad de agua dulce renovable que dispone una persona por año es inferior a 1.700 metros cúbicos. Por debajo de 1.000 la región se define como que está experimentando una escasez de agua y por debajo de 500 se dice que tiene una escasez absoluta de agua.
Son muchos los países que sufren estrés hídrico: Egipto, Jordania, Turquía, Irak, Israel, Yemen, India, China o algunas regiones de Estados Unidos. Pero no todos estos países están sufriendo disturbios como consecuencia de ello.
Un ejemplo aportado por Roger Patrick en este artículo es el del levantamiento popular en Egipto en 2011 como consecuencia de la subida del precio del grano. La causa fue la sequía en los principales exportadores de cereales, en este caso Australia, debido al cambio climático.
Otro punto caliente en el mapa es la posibilidad del estallido de una guerra entre Egipto y Etiopía debido a la gran presa Renaissance en este último país. Su construcción amenaza la irrigación de las tierras egipcias por el río Nilo, que le suministra el 98% del agua.
Se estima que la población de Egipto llegue al doble de la actual, unos 150 millones de personas, en 2050. Esto causaría una tensión tremenda entre ambos países como consecuencia de esa presa y además reduciría la capacidad de la planta hidroeléctrica de Asuán en un 40%.
Un artículo en Proceedings of The Natural Academy of Sciences revela que el cambio climático amplifica las condiciones de sequía en Siria y esto tendría un efecto catalizador en los disturbios civiles.
Al hilo de esto Robert Patrick cree que la crisis siria podría ser un pequeño ejemplo de lo que está por venir. Aportando datos del GRACE, patrocinado por la NASA y el Centro Aeroespacial alemán, destaca que entre 2003 y 2009, la cuenca del Tigris y Éufrates perdió agua subterránea más rápido que cualquier otro lugar del mundo, salvo el norte de India. Si todo esto continúa, lo que parece ser una tendencia, los problemas van a surgir en Tuquía, Irak, Siria e Irán.
A todo esto se suma Yemen, un país en guerra constante que está consumiendo agua mucho más rápido de lo que se está reponiendo. Las crisis provocadas por las facciones extremistas musulmanes tiene una causa directa en las crisis regionales de agua.
Incluso el meteorólogo estadounidense Eric Holthaus señala que el auge del llamado Estado Islámico en 2014 coincidió con un período de calor sin precedentes en Irak, el mayor registrado hasta la fecha entre los meses de marzo y mayo. Ello provocó estragos en la agricultura iraquí.
Israel es otro foco con muchos problemas. En concreto, la franja de Gaza podría convertirse en inhabitable debido a la crisis del agua. Los territorios ocupados sufren esta escasez e incluso se advierte el robo de recursos hídricos.
Vía: Ecologist
Fotografia: Tom Lowenthal en Flickr
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