Viena tendrá el mayor rascacielos del mundo, pero dentro de los de su tipo, entendiendo por tal el material de construcción. No esperen grandes revelaciones tecnológicas ni inventos sintéticos porque ese edificio va a ser de madera, simple y llanamente.
Parece como si al final volviésemos a los clásicos ¿no? Como si retrocediéramos en el tiempo a aquellos tiempos en que la arquitectura (y no sólo ella; también los muebles y los barcos) recurría básicamente a la madera. Algo cien por cien natural y que resulta mucho más sostenible y seguro de lo que pudiera parecer a priori.
Quizá les suene todo esto. Lo cierto es que hace aproximadamente año y medio publicamos aquí un post cuyo título era muy parecido al de éste, trocando Viena por Estocolmo. Y mucho de lo que contábamos en él valdría también para el presente, porque parece que esa nueva forma de construir se está convirtiendo en tendencia.
Si el rascacielos sueco estaba diseñado por estudio de arquitectura escandinavo C.F. Møller and Dinell Johansson en colaboración con la consultora Tyréns, el austríaco es un proyecto de Caroline Palfy, de Kerbler. Ha sido bautizado como HoHo y la altura prevista será de ochenta y cuatro metros, medida que ya es considerable incluso para una torre convencional. De hecho, será la más grande del mundo en madera.
¿Por qué madera? Porque, como ya dijimos en aquel post citado, hay un beneficio ambiental, por raro que parezca. Según la arquitecta, se ahorrarán casi tres mil toneladas de emisiones de CO2 en comparación con un edificio de hormigón de dimensiones similares; para hacerlo más gráfico, Palfy explica que que es el equivalente a conducir un coche más de cuarenta kilómetros cada día durante mil trescientos años.
El caso es que, mientras crecen los árboles, su madera absorbe el CO2 del aire; y cuando ésta pasa a convertirse en paredes, no es necesario demasiado tratamiento ni conversión industrial, cosa que sí requiere el hormigón, cuya producción provoca altos niveles de contaminación atmosférica. El rascacielos vienés tendrá un 76% de madera.
Falta aclarar el otro aspecto cuestionable, la seguridad. La madera puede parecer más peligrosa ante el fuego pero no olvidemos que el World Trade Center era de hormigón, acero y cristal y se vino abajo cuando las llamas fundieron su eje. Así que, curiosamente, no es ésa la principal preocupación de los servicios antiincendios de la capital de Austria. No lo es porque existen tratamientos para volver ignífuga la madera y porque lo que verdaderamente inquieta a los bomberos es la altura del rascacielos; por eso están colaborando con los responsables del proyecto para dotar al lugar de buenos sistemas de prevención y extinción de incendios.
Hoho se ubicará en Seestadt Aspern, una de las zonas de desarrollo urbano más amplias y pujantes de Europa, y albergará un hotel, apartamentos, un restaurante, un spa y oficinas. La inversión prevista ronda los sesenta millones de euros.
Vía: The Guardian
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