Si les digo que hay un lugar donde una espada está clavada en una roca, inmediatamente pensarán en Excalibur, Camelot y el mito del rey Arturo. O sea, en Inglaterra.

Pero no tiene por qué ser así necesariamente y, de hecho, estas líneas sirven de introducción para hablar de un sitio diferente, situado en otro país y con otro personaje. Me refiero a Italia y a la Rotonda de Montesiepi.

Desplacémonos sobre el mapa hasta esa belleza natural que es la Toscana, en este caso concreto su parte central. Allí, a medio camino entre el popular pueblo de San Gimignano y otra abadía de nombre más familiar, la de Montepulciano, se encuentra una recoleta capilla que lleva el nombre de Montesiepi y que resulta muy fotogénica por la peculiar forma de colmena que presenta. Se construyó en el año 1185 sobre los restos de una anterior dedicada a San Galgano, nuestro protagonista.

La rotonda de Montesiepi / foto Superchilum en Wikimedia Commons

Galgano Guiodotti fue un caballero bajomedieval, probablemente natural de Siena, que un día entró en crisis espiritual, se hartó de una vida tan disipada como turbulenta y se hizo ermitaño, apartándose del mundo.

Como representación simbólica de su retiro intentó romper su espada contra una piedra pero, en lugar de quebrarse, la atravesó y quedó clavada para siempre, aflorando sólo la empuñadura y una pequeña parte de la hoja, asemejando una cruz. Galgano terminó canonizado por el papa Urbano III y su cabaña pasó a ser lugar de culto.

Foto Adrian Michael en Wikimedia Commons

En el año 1218 se estableció en las cercanías un grupo de monjes cistercienses que erigieron un monasterio gótico, la Abadía de San Galgano, que poco a poco fue ganando importancia y riqueza, fruto del comercio de lana. Luego, a mediados del siglo XIV, empezó a decaer hasta que un mercenario inglés lo destruyó.

Sus románticas ruinas aún están en pie, resistiendo el paso del tiempo entre los árboles y formando un bello decorado; de hecho, acogió el rodaje de algunas escenas de El paciente inglés.

Pero la roca con la espada se conserva en la llamada Rotonda de Montesiepi, un oratorio de planta circular (con otros edificios añadidos posteriormente) cubierto mediante cúpula y decorado con frescos de Ambrogio Lorenzetti (por cierto, en no muy buen estado). En 1992 uno de esos cretinos que tanto abundan intentó hacerse el gracioso y extraer la espada, rompiéndola; se volvieron a soldar los trozos pero, para prevenir nuevos vandalismos, se cubrió la roca con una vitrina de cristal.


  • Comparte este artículo:

Loading...

Something went wrong. Please refresh the page and/or try again.