La versión más conocida de los cuentos que los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm recopilaron en Alemania durante la primera mitad del siglo XIX corresponde a la séptima edición de los mismos, que vio la luz en 1857. Esta es la versión que se tradujo al inglés, al español y a muchos otros idiomas, posiblemente porque se consideró la más correcta y, digamos, digerible para niños y no tan niños.

Pero la primera edición se publicó varias décadas antes, en 1812. Desde esa primera edición y hasta la séptima, que es la que nosotros conocemos, sucedieron muchas cosas. Una edición tras otra los Grimm se dedicaron a pulir los cuentos originales (que habían recopilado viajando por los pueblos de Alemania y escuchándolos de los ancianos). Una referencia cristiana añadida aquí, un episodio sangriento eliminado allá, fueron haciendo que los cuentos tuvieran un carácter más infantil. Al final prácticamente removieron cualquier mención de hadas que pudieron encontrar. Y también muchas otras cosas, digamos, embarazosas.

Por ejemplo, en la versión original Rapunzel se quedaba embarazada del príncipe; la Reina Malvada resultaba ser la propia madre de Blancanieves queriendo asesinar a su hija; y en otro de los cuentos una madre les explicaba a sus hijas que debía matarlas para poder tener algo que comer. Escalofriante ¿no?

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Jack Zipes, un profesor de alemán de la Universidad de Minnesota se preguntó por qué esta primera edición nunca había sido traducida al inglés. Y decidió hacerlo él mismo. Su traducción de las 156 historias originales se titula The Original Folk and Fairy Tales of the Brothers Grimm: The Complete First Edition, y muestra el lado más oscuro de los cuentos populares.

Según Zipes entre 40 y 50 cuentos de la primera edición fueron eliminados o drásticamente modificados en el proceso hasta la séptima edición. El artífice de esta censura habría sido Wilhelm Grimm, el cual borró todo aquello que pudiera herir la sensibilidad religiosa de la época, embelleció las historias, e hizo desaparecer a las hadas para que no se asociasen las historias a los cuentos de hadas franceses (recordemos que estamos en la época de Napoleón).

Así, otros ejemplos de modificaciones o eliminaciones podemos verlos en La Bella Durmiente, donde las hadas fueron convertidas en mujeres sabias, y en el cuento de la Cenicienta, donde sus hermanas originalmente se cortaban y rebanaban trozos de los pies para que les cupiese el zapato de cristal.

Ahora la tradición oral original vuelve a estar disponible, aunque de momento solo en inglés. Quizá algún día Disney rehaga sus películas siguiendo estas versiones, o quizá no.

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