En 1991 se descubrió en Rostov (Rusia) una extraña losa de piedra que quedó custodiada sin estudiar en el museo local hasta ahora. Los investigadores han concluido que es una combinación de reloj de sol y reloj de luna de la Edad de Bronce.

La losa está jalonada con unas marcas redondeadas que forman un círculo que, tras un análisis astronómico, parece que coinciden con sucesos celestiales como salidas del sol y salidas de la luna. En concreto, la salida del sol en los equinoccios y solsticios, y los movimientos de la luna durante su órbita, en los que se encuentra en el cielo en una posición más alta o más baja.

Este reloj de sol podría ser, según Larisa Vodolazhskaya, investigadora del Archaeoastronomical Research Center at Southern Federal University en Rusia:

Una evidencia de los intentos de los investigadores de la Antigüedad para entender el movimiento aparente de las estrellas y la naturaleza del tiempo.

El mismo equipo de Vodolazhskaya también estudió el año pasado otro reloj de sol de la Edad de Bronce encontrado en Ucrania. Su veredicto fue que era un sofisticado instrumento para medir las horas.

La losa de Rostov se halló en el contexto arqueológico de una tumba de un hombre de unos 50 años datada hacia el siglo XII A.C. Relojes de sol de ese mismo período fueron también descubiertos en excavaciones del Antiguo Egipto, uno de ellos en la tumba del faraón Seti I.

Vía: LiveScience


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