Dioramas apocalipticos Lori Nix

Ciudades inundadas, centrales energéticas pudriéndose, viviendas abandonadas con aparente precipitación, bibliotecas invadidas por la vegetación salvaje, ruinas clásicas reconquistadas por los dinosaurios… La decadencia y descomposición de nuestro mundo es el divertido tema que inspira a Lori Nix para crear sus inauditas obras de arte. Lo hace, además, combinando la fotografía con la construcción de dioramas.

Al revés, para ser exactos, ya que primero fabrica las maquetas y luego las retrata adaptando luces y matices para hacerlas más realistas. Lori reside en esa meca artística que es Nueva York pero en realidad nació en Kansas (1969), que como saben es una tierra donde campan a sus anchas los tornados; o sea, que desde pequeña le resultan familiares las catástrofes. Seguramente interiorizó esto y lo mantuvo latente durante su trabajo para la prensa hasta que un día eclosionó y decidió dedicarse a la fotografía creativa. Entonces afloraron esos temas.

Para ello, y previo boceto dibujado, crea los dioramas en su estudio de Brooklyn confeccionando personalmente cada una de las piezas con la ayuda de un especialista. Son los escenarios que luego plasmará en imágenes y ésa es su función, por lo que no tienen valor en sí mismos; de hecho, únicamente se muestran acabados y al detalle por la parte que será fotografiada, desde un plano concreto. Al final sólo sobrevivirán las fotos, lo cual no deja de ser una pena. supongo que habrá una cuestión de espacio por medio.

Cada uno de los dioramas le lleva unos tres meses de trabajo, lo que significa un máximo de cuatro al año. El resultado es un repertorio de desastres y situaciones cuasi apocalípticas que, sin embargo, presentan una incómoda belleza. Algunos críticos ven sentido del humor en la propuesta y otros destacan cierta sensación de confusión ante la difícil mezcla de realidad e irrealidad de las imágenes.

Y es que entre las obras hay dirigibles dirigiéndose hacia cables de alta tensión, rayos cayendo sobre casas, acuarios con todos los peces muertos, nevadas que cubren el tráfico, bandadas de pájaros atacando una cabaña, una explosión nuclear amenazando a unos domingueros en el bosque, etc. Uno de los preferidos de Lori, según dice ella misma, es la inundación de la foto de cabecera. Yo añado las balsas azotadas por olas gigantes, pero hay muchas donde elegir.

Más información: Lori Nix

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