Una reproducción del Disco de Festos adorna mi salón desde hace aproximadamente un año. Es uno de mis objetos favoritos. El original, custodiado en el Museo de Heraclión, contiene una de las inscripciones más misteriosas de la Antigüedad. Por lo menos hasta ahora.

Se trata de un disco de arcilla cocida con inscripciones en ambas caras, que fue descubierto el 15 de julio de 1908 por el arqueólogo Luigi Pernier en las excavaciones del palacio minoico de Festos en Creta.

Se le ha datado a finales de la Edad del Bronce, en torno al 1700 a.C., es decir, hace unos 3700 años. Las inscripciones, realizadas mediante presión de sellos, son jeroglíficos en los que se mezclan signos similares a los de la escritura lineal A (el sistema empleado por la cultura cretense y todavía no descifrado en su totalidad) y la lineal B (la empleada por los micénicos) junto con otros de origen desconocido. Algunos investigadores le atribuyen por esto un origen no cretense.

También hay quien lo considera una falsificación obra de su propio descubridor. Las dudas provienen de las propias características del disco: que tenga bordes rectos, cuando todas las tablillas de la época los tienen curvos; que esté cocido, cuando las tablillas de arcilla no se cocían sinó que las que se han hallado están cocidas por efecto de los incendios; y por último que en su fabricación se empleasen sellos tipográficos, cuando no existe ningún otro ejemplo similar en la Antigüedad, ni nada parecido hasta la invención de la imprenta por Guttenberg.

Pero en 2014 Gareth Owens, del Instituto Tecnológico Educacional de Creta, dijo haber descifrado el misterio de su significado, tal y como expuso en mayo de ese año en una charla TED (incluyendo una lectura completa del disco al final del video).

Las inscripciones estarían dedicadas a una madre embarazada en una de las caras, y una madre que ha dado a luz en la otra cara. Según Owens, existen tres partes en el disco en las que está representada la palabra I-QE-KU-RJA (YGEIAN + AGAPI), donde I-QE haría referencia a una mujer de gran importancia. En otro lugar también aparecería AKKA (madre embarazada).

En total afirma haber podido leer hasta un 90 por cierto del disco, siguiendo un sistema similar al de la escritura lineal B. Y que el sentido general de las inscripciones es el de una oración religiosa. Lo cual tiene sentido dentro del contexto de la época.


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