Antikythera 1

Hace tiempo comentamos el Mecanismo de Antikythera, cuyas piezas fueron halladas en 1900 en un barco romano hundido entre el 87 a.C y el 65 d.C. cerca de la isla del mismo nombre en el mar Egeo por un pescador. Los 81 fragmentos, una vez limpiados, revelaron un complejo diseño de engranajes que los investigadores reconstruyeron y que finalmente parece ser una especie de computador primitivo analógico.

Una manivela sirve para dar cuerda a una treintena de ruedas dentadas que, usando modernas técnicas de reconstrucción de imagen (tomografía computerizada), se ha comprobado que encajaban entre sí al girar, moviendo unos punteros hacia unas inscripciones. Dichas inscripciones, situadas en las partes delantera y trasera, indican las posiciones del Sol, la Luna y los planetas a medida que avanzan por el Zodíaco mediante una especie de brazo rematado por una aguja que sigue una trayectoria sobre un surco espiral, tal cual hacían los tocadiscos. Una pequeña esfera, mitad blanca y mitad negra, indica las fases de la Luna.

Ahora un nuevo proyecto auspiciado por el gobierno Griego y la Institución Oceanográfica norteamericana Woods Hole quiere volver al lugar y recuperar el resto de la carga del pecio. Se denomina Return to Antikythera (Retorno a Anticitera). Es más, piensan que a unos 250 metros existe otro pecio, un barco que acompañaba en su ruta al anterior y que podría haber transportado mecanismos similares.

Antikythera 2

El problema es que ambos están a una considerable profundidad y su exploración es complicada. De hecho ya ha habido varias muertes intentándolo. Por eso ahora van a emplear una nueva tecnología. Un exotraje dotado de los últimos avances. Lo llaman Exosuit y en realidad es como una especie de submarino con forma de traje dentro del cual va el arqueólogo.

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Tiene capacidad para sumergirse hasta 300 metros de profundidad y permitir trabajar a una persona ahí más de cinco horas. Y lo más importante es que el traje mantiene la presión de la superficie, por lo que no es necesaria la descompresión al salir a flote. Su coste ronda los dos millones de dólares y es ya la herramienta más avanzada que existe para la exploración oceánica.

El Exosuit está dotado de propulsores accionados con el pie, que permiten ‘volar’ por el agua e incluso ser controlado de forma remota. Está conectado al exterior por un cable de fibra que transmite video y sonido y por el que además se expulsa el dióxido de carbono. Los sistemas de respiración proveen oxígeno para unas 50 horas de inmersión, y la monitorización de las constantes se realiza en tiempo real mediante la conexión de fibra óptica. Incluso va equipado con Sonar.

El Daily Telegraph tiene online un especial sobre la nueva expedición, con abundantes datos, tanto sobre el Mecanismo de Antikytera, como sobre el Exosuit.

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