El gran avance surgido en la cirugía a mediados del siglo XIX fue la anestesia; cinco décadas después, hacia 1900, llegó la cirugía aséptica o estéril. Los dos adelantos fueron importantísimos en la práctica contemporánea de la medicina: la anestesia permitió realizar operaciones durante más tiempo y con el paciente inmóvil, y con la cirugía aséptica estas intervenciones se podían realizar con más éxito. Todo ello produjo un cambio en las técnicas de cirugía, la formación, los procedimientos y también el instrumental.

Las primeras técnicas de cirugía antiséptica, es decir, cirugía realizada bajo condiciones encaminadas a combatir los gérmenes. Entre ellas estaba dispersar el quirófano con ácido fénico y desinfectar las barbas de la misma manera.

La cirugía aséptica fue todavía más lejos entre 1880 y 1900, creando condiciones quirúrgicas sin gérmenes. Así se pasó a esterilizar los instrumentos, asear a los pacientes, usar mascarilla y guantes, y cubrir las heridas con gasas estériles.

Este tipo de cirugía produjo la venta y el empleo de esterilizadores de instrumental, de gasas estériles y algodón. La madera y al marfil dejó paso al metal, los instrumentos eran planos y lisos. Los bisturís, escalpelos y retractores estaban hechos de una única pieza de acero, las tijeras y fórceps estaban fabricadas de tal manera que sus dos partes podían ser fácilmente separadas y vueltas a unir.

Para guardar las tijeras y fórceps se inventó una caja cerrada patentada en los Estados Unidos por el alemán Paul Henger en 1892. Su diseño facilitaba que pudiera ser desarmado, esterilizado y de nuevo reensamblado. Todos estos adelantos propiciaron la aparición entre 1890 y 1930 de todo un sector empresarial dedicado a la fabricación de material quirúrgico.

Vía: Nyam Center of History

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