Aunque a la Torre de Londres la relacionamos más con otras épocas, como el Medievo, los tiempos de Enrique VIII o Isabel I, la actualidad manda y, si bien en España no repercute tanto debido a su neutralidad, el centenario de la Primera Guerra Mundial es la gran efeméride del año en Inglaterra. Por eso la siniestra y turística Torre dedica también su atención a ese conflicto armado que nos metió de verdad en el siglo XX.

Por eso, si la visitan estos días, además de ver a los beefeters, las joyas de la Corona y los cuervos, las salas donde Ricardo III asesinó al joven Eduardo V su hermano, la casa donde estuvo encerrado Rudolph Hess o la Puerta de los Traidores, también se encontrarán el impactante montaje del artista Paul Cummins que lleva por título La sangre tiñe de rojo tierras y mares. Consiste en la plantación de 888.246 amapolas de cerámica, cada una de las cuales representa a un soldado británico caído en la guerra.

Esa marea roja se ubica desde el pasado 5 de agosto en el foso que rodea la Torre, en unos casos brotando de una de sus ventanas para encharcar el entorno y en otros recubriendo los jardines, pero creciendo de forma continua porque se irán añadiendo unidades cada jornada hasta el próximo 11 de noviembre, que es el Día de los Veteranos. Entonces las flores se pondrán a la venta al precio de 25 libras; un 10% del dinero recaudado se donará a entidades benéficas relacionadas con el ejército británico

Cummins es un especialista en hacer obras usando flores de cerámica policromada, pues tiene otras instalaciones de ese tipo. La conmemoración del estallido de la Gran Guerra está presente este año en muchos ciudadanos, que llevan un lazo rojo o poppy (amapola) en la solapa; esto dio la idea al artista junto con un fragmento del testamento de un militar muerto.

Más información: Paul Cummins


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