Si leen el National Geographic de este mes de julio descubrirán un interesante artículo titulado Vida más allá de la Tierra, cuyo tema ya se pueden imaginar. Como dice el propio subenunciado «Una de las preguntas más antiguas de la Humanidad podría encontrar respuesta en los próximos años: ¿estamos solos?»
Bueno, no voy a hacer un resumen del texto porque a los interesados les resultará más satisfactorio leerlo entero y además lo que quería era centrarme en un detalle solamente. Un concepto que se conoce como la ecuación de Drake y sirve para calcular matemáticamente el número de civilizaciones extraterrestres que el ser humano podría detectar.
La idea no es reciente. Nació en 1961 de la mano de un radioastrónomo llamado Frank Drake durante una conferencia que reunía a lo más granado de la astronomía, química, biología e ingeniería; o sea, las ciencias que de una u otra manera guardan relación con la exploración espacial. Drake quería hablar de astrobiología, el estudio de vida fuera de nuestro planeta, y quería que los asistentes le ayudasen a desarrollar un método científico para aventurar cuánta vida inteligente podría haber en nuestra galaxia.
Drake se atrevió a abocetar una fórmula de la que saldría la ecuación que actualmente lleva su nombre. Para ello, era necesario, y ahora cito textualmente del National Geographic, «determinar el ritmo de formación de estrellas semejantes al Sol en la Vía Láctea y multiplicar ese número por por la fracción de estrellas con sistemas planetarios. Después, el resultado se multiplica por el número de planetas aptos para la vida en cada sistema (…)»
«Lo siguiente es multiplicar la cifra obtenida por la fracción de planetas donde efectivamente surge la vida, y a continuación, por la fracción de esos planetas donde aparece vida inteligente. Luego habrá que multiplicar el número resultante por la fracción de estos últimos planetas cuyos habitantes han desarrollado la tecnología necesaria para enviar señales de radio que podamos detectar. El último paso consiste en multiplicar el número de civilizaciones con tecnología de radio por el tiempo medio en que transmiten señales o incluso sobreviven».
El problema en los años sesenta era que se desconocía el valor de esos números, salvo la primera variable. Tuvieron que ir pasando los años y los descubrimientos para ampliar conocimientos y empezar a asignar cifras concretas… Y, de paso, dejar algo obsoleta la ecuación, extendiendo el radio de búsqueda más allá de nuestra galaxia. Por cierto, Drake fue uno de los creadores del programa SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence), que registra señales procedentes del espacio para buscar en ellas algún signo de inteligencia.
Y no, no me olvido de mostrarles la ecuación: N = R* x fp x ne x fl x fi x fc x L
Vía: National Geographic
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