Fascinante exposicion Burgos antiguos modelos anatomicos cera

Quizá recuerden un post que publicamos hace un par de años, dedicado a uno de los más extraños museos de Florencia y, probablemente, de Europa. Me refiero al de Historia Natural La Specola. Su rareza radica en la colección de reproducciones de cuerpos humanos diseccionados, realizados en cera con una técnica bastante realista y cuya finalidad era enseñar anatomía en otros tiempos.

Pues bien, no hace falta viajar hasta Italia para contemplar algo muy parecido. Basta con acercarse a Burgos, donde el Museo de la Evolución Humana presenta desde el pasado 2 de abril una exposición titulada Cuerpos en cera. El arte de la anatomía, muestra una serie de piezas que representan cuerpos humanos con todo detalle y veracidad, creados en el siglo XVIII para formar a médicos y matronas.

Son unas cuarenta, aproximadamente la mitad de total, procedentes del Museo Anatómico Javier Puerta (Facultad de Medicina de la Universidad Complutense), donde habitualmente su visita está restringida a estudiantes o curiosos que previamente concierten una cita para ello. Ahora han llegado a Burgos para poder ser vistas por el gran público y, en cierto modo, recuperar para éste su función pedagógica original, dado que los profesionales ya cuentan con medios más modernos.

Esta mezcla de arte y técnica intentó suplir antaño las carencias y limitaciones que sufrían los médicos en el terreno de la anatomía interna, cuando se veían abocados a recurrir a las primitivas descripciones que Galeno hizo a partir de cuerpos de mono o las ilustraciones que Vesalio introdujo luego al diseccionar cadáveres. La Ilustración aportó una novedad decisiva: la conversión de las láminas en representaciones tridimensionales gracias a la versatilidad que proporcionaba la cera.

El malagueño Juan Cháez y el italiano Luigi Franceschi fueron los artistas que firmaron tan peculiares obras en 1787, por encargo del madrileño Real Colegio de Cirugía de San Carlos, fundado por el rey Carlos III pocos años antes. Para ello usaron materiales como moldes de yeso, cera de abeja y resinas naturales, aunque también otros complementarios como los hilos de seda (para recrear el sistema linfático) o el pelo de los fetos, que es auténtico. Luego coloreaban las figuras con pigmentos minerales u orgánicos. Eso sí, dado el paso del tiempo, ha sido necesario restaurar algunas.

Aunque las piezas expuestas son variadas y muestran modelos anatómicos correspondientes a cuatro grandes apartados característicos del ser humano (postura erguida, aparato fonador, cerebro y parto) merece atención especial la parte dedicada a obstetricia, donde se pueden contemplar fetos desarrollados en el vientre materno e incluso un nacimiento de nalgas, destinado a que las matronas supieran a qué enfrentarse.

En fin, si les seduce la idea tienen de plazo hasta julio. La entrada es gratuita.

Más información: Museo de la Evolución Humana

También en Viajeros: El asombroso Museo de Historia Natural La Specola, de Florencia

  • Compártelo en:

Descubre más desde La Brújula Verde

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Something went wrong. Please refresh the page and/or try again.