Ya sé que el título el post suena un poco raro pero es rigurosamente cierto. El próximo jueves 1 de mayo empezará el Campeonato Mundial de Combate Medieval, que durará hasta el lunes 4 y tendrá lugar aquí, en España, en un escenario tan apropiado como el Castillo de Belmonte (Cuenca).
No se rompan la cabeza -eso déjenlo para los participantes- intentando imaginar en qué consiste porque lo han visto en mil películas, libros y cómics. La clásica parafernalia guerrera de los torneos que se celebraban en el Medievo ha sido recuperada para el público actual, siempre ávido de nuevas sensaciones. Ya saben, armaduras, cotas de malla, yelmos, espadas, blasones, alabardas, mazas de estrella…
Por supuesto, todo debidamente dulcificado, con los contendientes protegidos, armas sin filo y hasta jueces árbitro, para evitar accidentes y/o mutilaciones. Por lo demás, los golpes son reales; no se trata de un simulacro más o menos coreografiado ni de un espectáculo de recreación sino de luchas de verdad, en las que los paladines se atizan realmente -de forma individual o en grupo, cinco contra cinco- con el objetivo de derribar al contrario, aunque también hay un sistema de puntuación reglamentaria que premia tanto la fuerza como la técnica.
De hecho, los participantes se agrupan por equipos nacionales y se hospedan en un Campamento Medieval que, a manera de villa olímpica, se alza al pie del castillo y que reune a representantes de quince países y cuatro continentes; España incluida, claro, ya que es la anfitriona por primera vez. Y ojo, que la parte histórica es tan exigente como la deportiva. Los integrantes de esas selecciones vestirán y vivirán esos días como si aún estuvieran en la Baja Edad Media, entre los siglos XIV y XV; un comité de expertos se encarga de supervisar que armas, trajes y enseres varios se adecúa a la época.
Hay varias modalidades de combate. Las principales son uno contra uno y cinco contra cinco, en cada una luchando con espada larga, espada y escudo y armas de asta, con las finales el domingo a las 20:00. Pero antes, jueves y viernes, habrá una eliminatoria de dieciséis contra dieciséis. Y al finalizar cada jornada, que se extenderá de 10:00 a 20:30, llegará el momento de una gran batalla de grupo denominada Capturar al Rey, en la que participará un centenar de guerreros simultáneamente.
El público también ha sido tenido en cuenta, contando con diversas actividades temáticas que incluyen talleres de restauración, artesanía, recitales de música, exhibiciones de cetrería, zonas gastronómicas, etc. Asimismo, el Castillo de Belmonte será un atractivo añadido: primero, porque allí se rodaron escenas de El Cid; y segundo, porque ahora está de moda debido a la serie de TV Isabel (históricamente fue el feudo de Juan Pacheco, marqués de Villena).
Este deporte de nuevo cuño (¿nuevo o viejo, en realidad?) lleva celebrándose en Europa desde hace tiempo. Al parecer se inició en los países del Este pero España no tuvo representantes hasta 2012, en que dos miembros se presentaron formando parte del equipo inglés. El actual capitán nacional, Cristian Bernal, fue uno de ellos.
Desde entonces ha crecido la afición y el segundo fin de semana de cada mes los practicantes se reúnen en Belmonte para practicar y elegir a los que serán seleccionados para el Mundial. Antes, es necesario «federarse», puesto que hay incluso una Liga de Combate Medieval. Ellos son quienes organizan y ayudan a conseguir un equipo que cumpla lo exigido por las normas.
Las entradas de un día cuestan 13 euros (6,50 en tarifa reducida para niños de cinco a quince años), pero hay abonos de dos y cuatro días por 21 y 36 euros (9 y 16 en reducida). Esto, si se compran on line; si se hace en taquilla son un euro menos en cada modalidad.
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