Cuando hablamos de regeneración la mayoría pensará en la cola de las lagartijas, pero otras mentes se habrán imaginado la regeneración del Doctor Who o lo que pensé yo, los brazos de Piccolo.
Eso sí, todos siguen el mismo concepto que es la reconstrucción que hace un organismo vivo por sí mismo de sus partes perdidas o dañadas. Y por primera vez en la historia, un grupo de científicos de la Universidad de Edimburgo han logrado regenerar un órgano vivo.
El estudio fue llevado a cabo por el Medical Research Council Centre for Regenerative Medicine de esta universidad y se centraron en el timo, un órgano del sistema linfático situado junto al corazón que produce importantes células inmunitarias y es básico para el desarrollo y maduración del sistema linfático como para la respuesta inmunitaria de nuestro organismo.
El equipo escocés ha logrado reactivar un mecanismo natural que con el paso de los años se pierde, logrando rejuvenecer el timo de ratones de avanzada edad. Y es que después del tratamiento, el órgano regenerado tenía una estructura similar a la de un ratón joven.
Los investigadores liderados por Clare Blackburn se centraron en la proteína FOXN1. Esta proteína es generada en el timo y ayuda a controlar la activación de genes importantes. Aumentando los niveles de la misma instruyeron a unas células similares a las células madre para reconstruir el órgano.
Y fue todo un éxito porque las funciones del timo fueron restauradas y los ratones viejos comenzaron a producir más linfocitos T, un tipo de glóbulo blanco. Sin embargo no quieren lanzar las campanas al vuelo ya que todavía no está claro si han logrado mejorar el sistema inmunológico de los ratones.
Aún así es un gran avance, ya que el estudio sugiere que la regeneración de órganos sería posible mediante la manipulación de una simple proteína. Se necesita más tiempo para controlar el proceso y dar el salto a pruebas en humanos, pero el descubrimiento además de ayudar a los pacientes con síndrome de DiGeorge, una enfermedad genética que causa que el timo no se desarrolle adecuadamente, podría hacer más reales los guiones de ciencia ficción.
Más Información: Universidad de Edimburgo
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