¿Saben cuál es el museo más pequeño del mundo? No se rompan la cabeza pensando sitios de una sola estancia o similares porque me refiero a uno más diminuto todavía; tanto, que cabe en la palma de la mano.
Es más, puede comprarlo y tenerlo en su propia casa, bien de adorno, bien como sujeta-libros o incluso sirviendo de juguete para los niños, ya que se presenta en tres tamaños diferentes, pequeño, mediano y grande, cada uno con una colección mayor o menor.
Se llama Mini Museum y es uno de esos proyectos que han recurrido a Kickstarter para financiarse y darse a conocer. Hans Fex tuvo la idea ya a la tierna edad de siete años, cuando vivía tan cerca del Smithsonian de Washington (EEUU) que lo visitaba todos los fines de semana y soñaba con tener su propia colección de huesos de dinosaurio y antigüedades arqueológicas.
En 1977, año que el propio Fex destaca como el del sensacional estreno de Star Wars y la comercialización de la consola Atari (aquella que anunciaba Pelé, si recuerdan), su padre, que era científico, regresó de un viaje a Malta trayendo consigo algunas piezas conservadas entre paneles de plástico transparente. Y, entonces, Fex vio la luz.
Durante treinta y cinco años, se dedicó a reunir todo tipo de objetos curiosos, ayudado por comisarios de museos, investigadores científicos e historiadores. Como dice él mismo, billones de años de vida, ciencia e historia que tienen cabida en la palma de la mano, porque no los conserva enteros sino que los fragmenta en montones de trozos que luego coloca entre sendas placas de resina transparente, igual que aquellas que había traído su progenitor, listas para vender.
Así, todo podemos tener un Mini Museum en casa, una colección única y un tanto loca que incluye piezas históricas, naturales, monumentales, zoológicas, etc. Los Mini Museum pequeños llevan once piezas; los medios, veintidós; y los grandes, treinta y tres. Y, aclara, Fex, no es un producto tóxico, por lo que resulta válido para niños a partir de siete años; los que tenía él cuando lo ideó, al fin y al cabo.
Y se estarán preguntando qué contiene exactamente un Mini Museum. Asómbrense porque hay de todo. Abundan las piezas relacionadas con la Paleontología: huevo de dinosaurio, coprolito (excremento fosilizado), cuerno de triceratops, diente de tiranosaurio, ala de pterosaurio…
También otros especímenes prehistóricos, como pelo de mamut o insectos de sesenta millones de años conservados en ámbar. Saltando a nuestra especie, aunque actual, no faltan huesos de cráneos humanos e incluso trozos de cerebro.
Otras cosas son de origen geológico o espacial: pepitas de oro, una piedra lunar, otra de Marte, una palmera fósil de la Antártida, arena calcinada por la bomba de Hiroshima, pedazos de meteoritos o un árbol quemado por el que cayó en Tunguska. en esta sección se podría meter una pieza del módulo de mando del Apolo 11.
Y luego hay rarezas de diversos rincones del mundo, como la venda de una momia, carbón de las calderas del Titanic, ladrillos de la casa de Abraham Lincoln o del Muro de Berlín, losas del London Bridge, arena de una playa de Waikiki y tierra del castillo de Drácula (Vlad Tepes) cogida en Transilvania.
La verdad es que apetece comprar un Mini Museum y sería un buen regalo; original como ninguno.
Más información: Kickstarter
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