El concepto de Smart Cities o ciudades inteligentes es relativamente nuevo. Su propia definición es todavía sólo un concepto, pero que poco a poco se va implementando y desarrollando. Aquí hemos hablado en muchas ocasiones de ciudades, arquitectura y proyectos sostenibles. El concepto smart cities englobaría todos esos aspectos, y así se lo podría definir como un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad, con la ayuda de la tecnología. El objetivo sería promover y conseguir una calidad de vida elevada, con un desarrollo económico y ambiental duradero a largo plazo. Es decir, mejorar la vida de los ciudadanos respetando al máximo los aspectos ambientales.
Para llegar a ese objetivo es fundamental una adecuada gestión de los recursos naturales y las ventajas que nos provee la tecnología, pero también necesita de la implicación activa de los ciudadanos. En este sentido una smart city necesita contar con una buena relación interactiva entre sus habitantes, donde éstos serían grandes consumidores de información sobre aspectos sociales, energéticos y profesionales, o productores de la misma a través de los blogs y las redes sociales.
La ciudad debe ser capaz de facilitar esta interacción por medio de infraestructuras dotadas de soluciones tecnológicas avanzadas. Aquí es donde entran en juego los proyectos arquitectónicos sostenibles que tantas veces hemos comentado en este blog.
Pero, como decía, también es fundamental la implicación del ciudadano, que debe ser un smart citizen (algo así como un ciudadano inteligente). Y, ¿cómo se puede llegar a ser un smart citizen? Investigando un poco he encontrado algunas claves interesantes al respecto en los proyectos de innovación sobre ciudades habitables que comenta Fernando Burgos en Comparte Innovación, una iniciativa de Philips en la que tanto profesionales como usuarios comparten proyectos y conocimientos de interés en relación a la innovación en ciudades, en salud y en muchos aspectos del día a día.
Así, un smart citizen sería una persona inquieta, que se interesa por la transformación de su entorno, que está dispuesta a colaborar y es capaz de manejar con soltura las nuevas herramientas tecnológicas (sí, un smartphone sería su principal arma en este sentido). También sería una persona con capacidad de sociabilidad a través de internet, y con un interés por aprender continuamente e informarse.
Por tanto, ¿cómo saber si eres un smart citizen? Muy fácil. Pregúntate hasta que punto estás involucrado con el desarrollo de tu ciudad; si participas de la conversación en la red sobre aspectos sociales, medioambientales y tecnológicos; y hasta que punto estarías dispuesto a colaborar para mejorar la calidad de vida de tus conciudadanos.
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