Con el Cutty Sark, del que hablé en el último post, y el H.M.S. Victory, que ya vimos hace tiempo, sólo faltaría dedicar un espacio a ver el otro gran buque antiguo que hay en Inglaterra, el Mary Rose; por antiguo me refiero a siglos, ya que el el H.M.S. Warrior, que está en Porthsmouth, es de mediados del siglo XIX, mientras que el H.M.S. Belfast, anclado en el Támesis frente a la Torre de Londres, es de la Segunda Guerra Mundial (lo cual no le resta un ápice de interés a la visita). Quedaría un quinto, el Golden Hind de Francis Drake, no lejos del anterior, sólo que éste no es auténtico sino una reconstrucción.
Vamos, pues, con el Mary Rose, que es el más viejo de todos. De hecho, se trata de la única nao sacada del fondo del mar. O sea, era el mismo tipo de navío que la Santa María de Colón, sólo que artillado y reforzado con castillos más altos a proa y popa por su uso exclusivamente militar; un antecedente inmediato del galeón. En esto era un buque pionero, formando parte de una miniescuadra que completaban el Peter Pomegrante y el Henry Grace à Dieu.
El Mary Rose fue construído entre 1509 y 1511 en Portsmouth por orden de Enrique VIII, que recién ascendido al trono quería tener una armada potente; precisamente el nombre es una referencia a su hermana y a su dinastía. No alcanzaba las colosales dimensiones del Henry (para la época), que le triplicaba el peso, pero a cambio era más rápido y, de todas formas, un par de décadas después fue reformado para añadirle otras doscientas toneladas (alcanzó setecientas) y artillarlo con noventa y un cañones nada menos.
Participó en algunos combates batallas contra los franceses hasta que en 1545, en la batalla de Solent, librada para rechazar un intento de invasión de Porsmouth, zozobró y se fue a pique. La causa fue la misma que hundiría al Vasa sueco un siglo más tarde: llevar abiertas las portas de la batería inferior (acababa de disparar una andanada), por las que entró el agua a raudales cuando una ráfaga de viento lo hizo escorar. Otro detalle que lo hace similar al Vasa: el rey en persona contempló impotente el naufragio desde la costa.
Al parecer, ante el peligro galo, el Mary Rose se había hecho a la mar precipitadamente, con exceso de peso, lo que lo hizo desequilibrarse con facilidad. Además, los documentos de entonces señalan que buena parte de su tripulación era extranjera (española o italiana según indican los análisis de ADN realizados hace poco), ya que en Inglaterra había escasez de marinos, y no entendían las órdenes en inglés.
En los siglos siguientes hubo algunos intentos de rescate pero al final el pecio cayó en el olvido. Y en 1967, una vez más en paralelismo con el Vasa, se localizó mediante sónar, sacándose miles de objetos. Doce años más tarde se organizó una comisión para recuperar el casco, que estaba en buen estado gracias a la frías temperatura del agua (entre 2º y -6º), y en 1982 se consiguió llevarlo a la superficie. Trasladado a un dique seco de Portsmuth, fue sometido a limpieza y restauración.
En 2008 se inauguró el museo que, tras una reforma, ha vuelto a abrir al público con unas instalaciones muy mejoradas, en un edificio con forma de casco de buque que está en el Portmouth Historic Dockyard, justo al lado del H.M.S. Victory. Abre de 10:00 a 17:30 entre abril y octubre, y de 10:00 a 17:00 entre noviembre y marzo. La entrada cuesta 17 libras (12,50 niños) pero hay abonos combinables con el Victory y el Warrior. Historia, con mayúsculas, de la navegación inglesa, que es tanto como decir de Inglaterra misma.
No es difícil llegar en tren desde Londres, con salidas desde diversas estaciones. Hay multitud de vuelos low cost y ferrys que hacen el itinerario desde España. Incluso se le puede hacer un guiño a la mencionada Historia y hacerlo desde Francia, recordando el intento de invasión, gracias al Eurostar, el tren que enlaza París y Londres por el Canal de la Mancha.
Más información: The Mary Rose
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