MetroParis2

A lo largo y ancho de una ciudad te puedes encontrar multitud de edificios e instalaciones abandonadas. Estos espacios cubiertos de polvo y escombros son utilizados para lograr impactantes imágenes que nos recuerdan el paso del tiempo. Más de una vez, visitando algún lugar abandonado me he preguntado cuánto costaría remodelar el lugar y proporcionarle un nuevo uso.

Por eso me ha parecido curiosa la idea del candidato a la alcaldía de París Nathalie Kosciusk-Morizet, que quiere transformar algunas de las estaciones de metro fantasma en lugares de entretenimiento para los lugareños y turistas.

Algo que desconocía era la gran cantidad de estaciones de metro abandonadas que existen en la capital francesa. Hay un total de once estaciones fantasma que nunca entraron en funcionamiento o se inhabilitaron tras algún tiempo de operación.

Por ejemplo la estación de Haxo, nunca fue inaugurada y aunque cuenta con el sistema de ventilación y los baños, no dispone de acceso a la calle y su único uso es para realizar visitas guiadas.

Otras estaciones jamás fueron inauguradas donde se construyeron por primera vez, sino que fueron reubicadas y los andenes originales permanecen ocultos a los usuarios. Mientras que otras tres que estuvieron en desuso o abandonadas finalmente fueron reabiertas tras pasar años sin recibir pasajeros.

Pero lo más habitual es que sean reacondicionadas para nuevos usos, normalmente para aparecer en películas o anuncios. Por eso me parece una muy buena idea lo que ha planteado Kosciusk-Morizet.

Y es que las estaciones de metro suelen estar muy bien ubicadas y disponen de un gran potencial para convertirse en nuevos espacios para el disfrute de todos. De momento es solo un proyecto loco, pero ha convencido a los arquitectos Manal Rachdi y Nicolas Laisné para pensar en el nuevo uso de estos espacio abandonados.

Algunos de los proyectos imaginados incluyen un teatro, una piscina, un restaurante o una discoteca. Además también pretende crear un espacio abierto a todos los parisinos para que puedan aportar sus ideas.

En España existen algunas de estas estaciones fantasma en el metro de Barcelona, Málaga o Madrid. Ojalá alguna de ellas pueda ser transformada en algo provechoso y útil, como por ejemplo hicieron con la estación de Chamberí en Madrid, donde tras más de cuarenta años inutilizada fue convertida en un museo.

Más información: NKM

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