Siniestra mancha negra gigante costa brasileña

Ahora que el temor a una marea negra vuelve a estar de actualidad tras el naufragio de un barco español en la costa de Bayona (Francia) y aunque parece que se podrá evitar, puede ser un buen momento para asustarse, asombrarse, frotarse los ojos con incredulidad o cualquier otra manifestación de sorpresa y extrañeza que se les ocurra al ver la gigantesca mancha negra que días atrás recorrió el litoral sudamericano a la altura de la costa brasileña.

Fue en la segunda mitad de enero cuando el satélite Acqua (que, como indica su nombre se dedica a la investigación del ciclo del agua) hizo la foto de arriba, en la que se ven kilómetros y kilómetros cuadrados de mar teñidos de un siniestro color oscuro que parecía representar uno de los mayores desastres petroleros de la historia. Pero las apariencias engañan; por suerte, no era un vertido de combustible.

En realidad se trataba de algo natural: una colosal floración cilófora protista, es decir, formada por microorganismos eucariotas dotados de cilios o apéndices que fueron identificados como Myrionecta rubra, antaño denominada Mesodinium rubrum. Apenas miden unos milímetros y tienen la facultad de crear su propio alimento.

Esa sorprendente capacidad se basa en que hacen la fotosíntesis ingiriendo cloroplastos de las algas microscópicas. La descomposición consiguiente sería la causa del crecimiento de la mancha. No se sabe, sin embargo, el efecto que pueden tener para otras especies marinas, sean animales o vegetales, si provocará un desequilibrio en los ecosistemas ni si resultarán tóxicos para el ser humano.

A pesar de que en la foto se vean como una tenebrosa mancha negra, eso es fruto de la distancia a que se hizo la foto y al hecho de que la floración no se mueve en la superficie sino a una profundidad entre 1 y 2 metros. De cerca presenta un intenso color rojo y, en determinadas zonas cercanas a Río de Janeiro, por ejemplo, el tono era verdoso y la consistencia espumosa, no se sabe si a causa de los sedimentos arrastrados al mar recientemente por las inundaciones o porque se trata de una floración de un filoplancton distinto.

Tampoco hay una explicación definitiva para aclarar el porqué de ese crecimiento tan grande que llegó a extenderse por unos 800 kilómetros cuadrados , desde Río hasta Santa Catarina. Algunos científicos lo achacan a una masa de aire caliente que bloquea los frentes fríos del sudeste y provoca que la superficie del agua esté a 30º. De hecho, la temperatura media del mar en enero fue 2,5º más alta de lo normal.

Pero también habría otros factores, como la tranquilidad del mar (en paradójico contraste con lo que ha pasado estos días en la cornisa Cantábrica) y la escasez de lluvias: 202 mm en Río de Janeiro, lo que significa un 71% menos de lo normal.

En cualquier caso, tampoco es algo único. A veces se da en otros sitios como Costa Rica, Isla Margarita o la costa venezolana oriental, donde recibe el nombre de Marea roja.

Vía: National Geographic

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