Hervás
Hervás Crédito: Patrick / Wikimedia Commons

Aunque ya estamos en 2014, no estaría de más repasar el pódium de los tres primeros lugares elegidos como Mejor rincón de España en 2013 por Repsol. En su día, ya le dedicamos un post al popular concurso y otro al ganador, la Cueva de Pozalagua (Vizcaya); es el momento de echarle un vistazo al otro finalista, el Barrio Judío de Hervás (Cáceres).

Hervás es una pequeña y tranquila villa de cuatro mil habitantes en pleno Valle de Ambroz, a algo más de un centenar de kilómetros de la capital provincial, si bien hasta 1833 pertenecía a Salamanca. Creció a partir de una ermita y un castillo construidos por los templarios en el siglo XII. Resulta curioso el hecho de que esta orden fue expulsada con motivo de su disolución y trescientos años más tarde ocurriera los mismo con la importante comunidad judía establecida allí.

Porque desde el siglo XV empezaron a asentarse familias hebreas en la zona baja, próxima al río Ambroz, hasta formar una judería que hoy constituye el principal atractivo turístico del pueblo. No es el único, claro, porque también son interesantes el Convento de los Trinitarios, el Ayuntamiento (antigua enfermería de otro cenobio, el Monasterio Franciscano de la Bien Parada), el Palacio de los Dávila (barroco, museo dedicado a la pintora Madeleine Leroux) y la iglesia de Santa María (rodeada por los restos del citado castillo); pero el Barrio Judío es algo especial al tratarse de uno de los mejor conservados del país.

Como suele ocurrir, está formado por casas de piedra y adobe en su parte baja y madera en la alta, atechadas con tejas y provistas de grandes voladizos y balconadas. Se reparten formando apretadas manzanas atravesadas por una red de callejuelas apretadas, angostos pasajes a veces, por las que un paseo supone caminar cuesta arriba o cuesta abajo al adaptarse al irregular terreno. Especialmente reseñable es la Travesía del Moral, considerada la calle más estrecha de España con su medio metro de paso.

Lo cierto es que queda poco que recuerde a sus antiguos vecinos, ya que fueron expulsados por el edicto de los Reyes Católicos de 1492, salvo aquéllos que aceptaran convertirse al catolicismo (la Fiesta de los Conversos, que se celebra en julio, recuerda estos hechos mediante una obra teatral ad hoc). Algunas zonas tienen nombres judíos, como Cofradía, Rabilero o Sinagoga, aunque ésta ya no existe y, de hecho, la tradición la sitúa en el número 19 de la calle Rabilero.

En cuanto a Cofradía, se refiere a la formada por los conversos en honor de San Gervasio y San Protasio, que después pasó a ser la de Nuestra Señora de la Asunción de Aguas Vivas. Su sede conserva aún un lagar con almazara. Es lo único que queda de aquella comunidad junto con el Hospital de Beneficiencia de la calle del Vado, que dirigían los propios conversos.

Claro que también se puede considerar una pervivencia de su recuerdo el oficio artesano, pues la mayoría de quienes eligieron cambiar de religión y quedarse se emplearon en esas tareas: zapateros, curtidores, sastres… Y no hay que olvidar la recuperación de la gastronomía sefardí en algunos establecimientos hosteleros de Hervás, atentos al interés que despierta hoy ese pasado.

El barrio está protegido como Conjunto Histórico-Artístico y forma parte de la Red de Juderías nacional.


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