
Uno de los rincones más recomendables para visitar en Dublín es el Trinity College, el colegio de la universidad más antigua de Irlanda. Fundado en 1592 por la reina Isabel I -de hecho su nombre completo es College of the Holy and Undivided Trinity of Queen Elizabeth near Dublin-, mal que les pese a muchos irlandeses tiene un sabor inconfundiblemente británico. No sólo por ser quien fue su benefactora sino por su propio aspecto, especialmente en algunos de sus rincones más bellos y representativos.
Entre ellos destaca con luz propia la Biblioteca, que aunque es académica (la más grande del país) tiene carácter nacional y, por tanto, recibe y conserva ejemplares de todos los libros que se publiquen en Gran Bretaña e Irlanda. Teniendo eso en cuenta no resultan extrañas sus enormes proporciones, guardando más de cuatro millones de volúmenes. Si a los estudiantes no les basta, disponen de otras seis bibliotecas más pequeñas.
La parte más conocida y fotogénica es la Old Library y, dentro de ella, la Long Room: como indica su nombre, una gran sala de sesenta y cinco metros de longitud estructurados en dos plantas, cubiertos con bóveda de cañón hecha de ladrillo y con las paredes ocupadas por hileras transversales sucesivas de estanterías. En ellas descansan alrededor de doscientos mil libros de todo tipo, impresos, manuscritos, palimsestos, códices…
El más importante probablemente sea el famoso Libro de Kells, una obra confeccionada hacia el año 800 d.C. Y digo confeccionada en vez de escrita porque lo que la hacen especial son las bellísimas miniaturas que la decoran, de ahí la leyenda de su origen celestial: Un bibliotecario se encarga de pasar una página cada día delicadamentepara evitar que se peguen. Algo parecido ocurre con el Libro de Durrow, un evangeliario que es incluso anterior (680 d.C.).

No son las únicas joyas custodiadas allí, pues también hay copias de la Proclamación de la República de Irlanda que se leyó públicamente en la Oficina General de Correos el 24 de abril de 1916 en lo que constituyó la chispa del Levantamiento de Pascua, sangrientamiente reprimido tras seis días de luchas.
Y otra pieza que no tiene precio es el mal llamado arpa de Brian Boru, la más vieja que se conoce (siglo XIV, a pesar de que el rey Brian Boru vivió cuatrocientos años antes), motivo que figura en el escudo nacional y que se expone entre bustos de ilustres personalidades.
El ambiente es in bspirador. Sea uno estudiante o visitante, es fácil imaginarse a Oscar Wilde, Samuel Beckett o Bram Stoker, antiguos alumnos de la Trinity, sentados en sus butacas y leyendo a la luz de una de las lámparas algún grueso volumen. Quizá por eso salieron escritores los tres.
Foto: Juergen Jauth en Flickr
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