Hace más de 5.33 millones de años el mar Mediterráneo sufrió una desecación natural casi completa. Este periodo histórico es conocido como la crisis salina del Messiniense y durante ese tiempo el estrecho de Gibraltar permaneció cerrado.
El Océano Atlántico dejó de proporcionar agua y unido a que la cantidad de agua recibida por los ríos era menor que la que se evaporaba en su superficie, provocó que casi se secara por completo. Al final gracias a la Inundación Zancliense, el Atlántico volvió a alimentar al mar Mediterráneo, y así ha seguido sucediendo hasta ahora.
Pero te sorprenderá que este hecho natural se ha querido repetir pero de una manera artificial. Y es que el arquitecto alemán Herman Sörgel planeó en los años 20 un proyecto donde quería construir dos presas gigantes para cerrar el Mar Mediterráneo.
Una de ellas estaría en el estrecho de Gibraltar y la otra en el mar Negro, de esta manera podría bajar 200 metros el nivel del Mediterráneo y ganar miles de hectáreas al mar, además de poder generar grandes cantidades de energía eléctrica.
A todas estas tierras que ampliarían la superficie europea les llamaría Atlantropa. Y además de utilizarlas como campos de cultivo, podría crear varias conexiones permanentes entre África y Europa. El agua sobrante se canalizaría hacia el desierto del Sáhara para crear nuevo lagos.
La verdad es que las dimensiones del proyecto marean, ya que la presa de Gibraltar tendría que tener más de 15 kilómetros de longitud, 2,5 kilómetros de ancho y 300 metros de altura.
Aunque parezca inviable, el proyecto estuvo secundado por grandes arquitectos e ingenieros de la época, e incluso con el ascenso de Hitler, Sörgel pensó que su proyecto se realizaría, pero al final la guerra provocó que se olvidara. A pesar de todo, Sörgel lo defendió hasta que murió atropellado por un coche en 1952.
Hoy el día el coste de este proyecto lo hace inviable, además de los problemas políticos y territoriales que podría provocar.
Aún así, la idea de construir una presa en el estrecho de Gibraltar sigue rondando en la cabeza de algunos, sobre todo por el posible potencial hidroeléctrico del proyecto pero descartando la reducción del nivel del mar Mediterráneo.
Fuentes
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