Seguramente nunca hayan oído hablar del Saludo Bellamy, que se usaba en los Estados Unidos durante los años 1920-1930 como saludo a la bandera acompañando el Juramento de Lealtad.
Digo desafortunado en el título no porque lo fuera en aquellos momentos, sino por lo que significó después.
Y es que cualquiera que vea ahora alguna fotografía de aquella época fuera de contexto la confundiría probablemente con una imagen del saludo nazi.
El caso es que el saludo fue inventado (basándose evidentemente en el saludo romano) por James B. Upham a finales del siglo XIX. Su primera demostración, al menos la primera de que se tiene conocimiento, se realizó el 12 de octubre de 1892, día de la festividad de Colón en los Estados Unidos:
A una señal del director, los alumnos, alineados por filas, con sus manos a un lado, miran a la bandera. Se da otra señal; cada alumno hace el saludo militar a la bandera — la mano derecha levantada, con la palma hacia abajo, formando una línea cercana a la frente. Permaneciendo de este modo, todos juntos repiten, despacio, «Juro lealtad a mi bandera y la república que representa; una nación indivisible, con libertad y justicia para todos.” A las palabras, “a mi bandera,” la mano derecha es extendida grácilmente, con la palma hacia arriba, hacia la bandera, y permanece así hasta el final de la afirmación; momento en el que todas las manos son inmediatamente bajadas y colocadas a un costado.
Estaba orientado especialmente a los niños, por eso la mayoría de fotos que se conservan son fotos escolares.
En los años 20 los fascistas italianos, y un poco más tarde los nazis alemanes, también adoptaron un saludo similar. Esto dio lugar a muchas confusiones. Incluso antes de la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial se difundieron fotos de personajes destacados haciendo el saludo, en fotos sacadas de contexto, desde distintas posturas políticas.
Para cortar por lo sano el 22 de diciembre de 1942 el Congreso de los Estados Unidos sustituyó oficialmente el Saludo Bellamy por el gesto de la mano en el corazón como saludo a la bandera durante el himno nacional. Un gesto que la tradición atribuye a Lincoln, y que se conoce popularmente por ello como el Saludo Lincoln.
Curiosamente el propio Bellamy era un sacerdote baptista socialista, nacido en Roma, al que algunos consideran el inspirador de la ideología nazi alemana. Esto es realmente improbable.
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