Hoy en día hay prácticamente un museo para casi todo lo que uno pueda imaginar, por raro que sea. Y no me negarán que dedicar uno al pelo es de récord. De hecho, literalmente, puesto que está inscrito en el famoso Libro Guinness.

El Museo del Pelo está en la ciudad de Avanos, en la región de Capadocia (Turquía), un lugar famoso por su artesanía tradicional, de la que destacan la alfarería y las alfombras. Es más, el dueño del insólito sitio se llama Galip Körükü y es un célebre maestro ceramista que tiene taller en la localidad. Si alguien quiere visitarlo para comprar sus piezas debe preguntar por Ceç Pottery. Me refiero a piezas de barro cocido, claro, no al pelo. Eso es otra cosa, digamos un negocio paralelo, y tiene su propia historia.

Al parecer, este hombre, que debe ser de esos tocados por la vena más excéntrica del arte, empezó su colección capilar un poco por casualidad, cuando una amiga se fue de Avanos y él le pidió el típico mechón de cabellos como recuerdo. Eso fue en 1979 y desde entonces cada vez que le contaba la cosa a alguna mujer, ésta siempre se empeñaba en dejarle su propio mechón. Así, poco a poco, Galip fue reuniendo mechones de montones de mujeres -porque sólo son de féminass- hasta sumar unos dieciséis mil.

Y ¿qué hace uno cuando tiene tantos mechones? Pues abre un museo. Lo más natural del mundo. Así que Galip acondicionó una especie de cueva subterránea anexa al taller y ahí los exhibe, cada uno con su correpondiente cartela identificando a su donante y la dirección de donde procede. Todos colgando de las paredes y la bóveda, otorgándole al lugar un aspecto entre lo grotesco y lo siniestro.

Además es un museo en constante crecimiento, porque todas las turistas que visitan el lugar se empeñan en colaborar dejando una muestra de su cabellera. Por cierto, Galip está casado con una holandesa, Lilian, que no sé si habrá contribuido o sólo valen las que luego se marchan. La dirección es Yukari Mahalle Üvez Sokak 12.

Foto: livesincappadociaproject

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