Cuando publicamos un post normalmente irá acompañado de una fotografía, una captura de pantalla, o varias imágenes que ilustren aquello de lo que estamos hablando. Claro que no siempre es necesario incluir imágenes en los posts. Pero cuando sí lo es debemos saber elegir correctamente el formato de las mismas, ya que esto va a tener un impacto en el tiempo de carga de nuestro blog, y también en el rendimiento de nuestro servidor.
Tenemos muchos formatos de imágen disponibles, pero vamos a centrarnos sólo en los más comunmente utilizados en internet: GIF, JPEG, PNG y TIFF. Los tres primeros son formatos comprimidos, esto es, que eliminan de la imagen aquella información innecesaria o no absolutamente necesaria. El último, TIFF, es un formato sin pérdida, y por tanto con archivos que pueden llegar a ser muy pesados.
GIF
Durante los años 90 fue el formato más popular en la web. Es el de peor calidad, ya que se limita a 8 bits por pixel y a un máximo de 256 colores. No obstante a su favor está que soporta transparencia y múltiples frames en una imagen, por lo que es ideal par mostrar animaciones.
No es recomendable usarlo para fotografías, y sí para esquemas o dibujos de baja calidad que no necesitan visualizarse a un tamaño demasiado grande.
JPEG
Se trata de un formato comprimido, con el objetivo de reducir el tamaño de los archivos. La compresión utiliza un algoritmo matemático que elimina información de colores y brillo. Aun así, tiene la ventaja de poder seleccionar el porcentaje de compresión deseado, con lo que podemos jugar con la calidad resultante. Es ideal para fotografías y capturas de pantalla, y suele ser la mejor opción si queremos ahorrar tiempo de carga del blog.
PNG
Este formato ofrece un nivel de compresión mucho mejor que el GIF, soportando 24 bits por pixel. Pero su mayor ventaja es que soporta transparencia, incluso hasta 256 niveles. Utilízalo cuando necesites usar la transparencia, por ejemplo en un icono, un logotipo o algún elemento del diseño de tu blog. Ten en cuenta que el archivo será algo más pesado que un JPEG.
TIFF
Podemos usar este formato con compresión o sin ella. No es demasiado recomendable usarlo en un blog o una web, por el gran tamaño de los archivos resultantes. Pero sí que es una buena opción para ofrecer descargas de nuestros proyectos gráficos, diseños, etc.
Adicionalmente debemos tener en cuenta que, hasta ahora, prácticamente todas las imágenes usadas en la web tenían una resolución de 72DPI. Sin embargo, con la llegada de los dispositivos iOS con Retina Display esto empieza a cambiar, ya que si queremos que nuestras fotos se muestren en ellos con calidad debemos aumentar esa resolución a 300DPI por lo menos. Una vez más, todo depende de la velocidad de carga del blog que estemos dispuestos a sacrificar.
Photo Credit: Markiza
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