Belchite pueblo fantasma

Si hay un lugar en el mundo que merece el calificativo de pueblo fantasma no está precisamente en el salvaje oeste americano sino aquí, en España, y no basa el adjetivo sólo en estar abandandonado sino, en efecto, en la multitud de fantasmas que dejó atrás. Y no me refiero a los que arrastran sábana y cadena. Se trata de Belchite, una localidad aragonesa, en la provincia de Zaragoza, que entró en la Historia a finales del verano de 1937.

Belchite era un tranquilo rincón rural con apenas cuatro millares de habitantes que de la noche a la mañana se vio convertido en escenario de durísimos combates durante la Guerra Civil. Como se esperaba una ofensiva republicana contra la capital maña, los nacionales fortificaron Belchite, situado a 49 kilómetros y que constituía uno de los puestos secundarios, aunque nadie esperaba el pandemónium que se organizaría en breve.

El Ejército del Este y las Brigadas Internacionales XI y XV, en efecto, atacaron por siete puntos pero no sólo no consiguieron tomar Zaragoza sino que encontraron en Belchite un inesperado foco de resistencia. Como ocurrió en otros lugares durante la contienda, las tropas republicanas se empeñaron en reducirlo malgastando hombres, material y tiempo. Dos semanas, les llevó, del 24 de agosto al 6 de septiembre, aplastar a los defensores, para lo cual tuvieron que ir tomando casa por casa después de arrasar el pueblo con bombardeos aéreos.

El resultado final fue la victoria pero a costa de destruir completamente Belchite y sembar el campo de batalla con 5.000 cadáveres. Y el objetivo principal, que eera Zaragoza, siguió en manos del enemigo, que a la postre terminó ganando la guerra. Al terminar ésta, Franco decidió que el pueblo permaneciera en ese estado de devastación como recuerdo negativo. A los vecinos los alojó en una localidad levantada al lado por los prisioneros republicanos -aún se conserva el campo de concentración- a la que se llamó igual.

Paradójicamente, parece que sí que se sacará provecho ejemplar de las ruinas belchitanas puesto que el Ayuntamiento ha decidido sacarle partido turístico organizando visitas guiadas que puedan servir, de paso, para financiar los arreglos y restauraciones, puesto que en el pueblo hay edificios con valor histórico (varias iglesias mudéjares, un monasterio…) que amenazan con venirse abajo. De hecho, también se pretende poner coto a los curiosos que deambulan a su aire por un lugar que tiene peligro de derrumbe, por lo que ahora será necesario pedir cita previa en la Oficina de Turismo local.

Por 6 euros la entrada (hay que consultar los posibles descuentos para determinados colectivos), los recorridos duran aproximadamente una hora y cuarto y algunas incluso pueden hacerse de noche, contando con un centro de reunión para pernoctar que afinales de este verano será sustituído por un hotel. De lunes a viernes se han establecido dos horarios de visita cada día (a las 12:00 y a las 17:00 en horario de verano) y cuatro los fines de semana y festivos (10:30, 12:30, 16:00 y 18:00).

Más información: Belchite Turismo
Foto: Ecelan en Wikimedia

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