Hibrido Sapiens neandertal

Uno de los grandes enigmas a los que se enfrentan los prehistoriadores, paleontólogos y antropólogos es el cómo y el porqué de la extinción de los neandertales. Hasta hace poco se les consideraba una subespecie del hombre moderno: Homo sapiens neanderthalensis. Pero esa taxonomía ha quedado en desuso y ahora se habla de sapiens por un lado y neanderthalensis por otro.

Había diferencias físicas entre ambos: el neandertal tenía frente huidiza, mentón retraído, prognatismo, un espacio retromolar, gran torus supraorbital, nariz ancha, huesos cortos y fuertes, una potente musculatura y un cerebro incluso mayor que el nuestro. La imagen clásica, brutal y salvaje, ha quedado obsoleta porque se concibió a partir del cráneo de un individuo deformado por una enfermedad y sabemos que hoy podrían andar entre nosotros sin que su aspecto nos llamara la atención. De hecho, ambos grupos convivieron hasta hace unos 28.000 años aproximadamente.

La pregunta del millón es ¿se extinguieron realmente aquellos hombres primitivos o se cruzaron con los sapiens para iniciar un linaje nuevo? Porque lo que sí está claro es que los hombre modernos desplazaron a los neandertales y terminaron ocupando su nicho ecológico. Unos dicen que fue un exterminio -deliberado, por la guerra, o involuntario, por transmisión de enfermedades-, otros que los neanderrtales estaban tan adaptados a su medio frío que cuando se calentó el clima no supieron cambiar con él. Finalmente están los defensores de la hibridación entre ambas especies y los que creen que fue una suma de todo.

Y la respuesta es… que no hay. Las teorías sobre el asunto son varias, como vemos, pero ninguna parece concluyente, por lo que la cuestión sigue en el aire. Muy discutida, eso sí. Lo cierto es que se ha detectado en algunos humanos actuales un pequeño porcentaje de ADN neandertal que es el que siembra la confusión.

Resulta obvia la controversia. Hay quien razona que si hay hombres de nuestra época con ADN neandertal es que en algún momento hubo cruce entre ambos grupos. Pero resulta que el porcentaje de ADN detectado es minúsculo, apenas un 4%, por lo que otros aducen que quizá proceda de una época anterior, de un antepasado común. Y recuerdan que el cruce de especies produce descendencia pero estéril, como pasa con las mulas que vienen de caballos y burros.

Estando así las cosas, acaba de surgir una interesante noticia en Italia: un grupo de investigadores ha encontrado restos óseos de un homínido que habitó en la zona norte del país transalpino hace unos 30.000 o 40.000 años, cuando aún cohabitaban sapiens y neandertales. Hallar fósiles de esos tiempos siempre es algo memorable pero éstos tiene un extra que los hace aún más atractivos.

Y es que según apuntan los indicios, los huesos pertenecen a un individuo que presenta todas la trazas de haber sido un híbrido. Sí, un híbrido de sapiens y neandertal. Como digo, se da por seguro que estas relaciones existieron -amistosas o forzadas- pero hasta ahora no se había encontrado ningún ejemplo, así que si se confirma el descubrimiento será sensacional.

El hallazgo consiste sobre todo en una mandíbula inferior que se encontró en la cueva Ripario di Mezzena. Silvana Condemi, una de las autoras del estudio de estos huesos, que incluyen análisis de ADN e imágenes tridimensionales, explica en la revista Plos One que el característico mentón huidizo de los neandertales aquí es algo más prominente, lo que sitúa al individuo a medio camino evolutivo, descendiente de una hembra neandertal y un macho sapiens que habrían habitado en esa región.

Vía: RT
Foto: Frank Voncentz en Wikimedia

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