Neptune Memorial Reef

La primera imagen que se me viene a la cabeza si hablamos de un cementerio submarino en la costa de Miami es la serie Dexter, donde el protagonista es un asesino en serie que utiliza su barco, la noche y las profundidades del océano para esconder a sus víctimas. Dejando a un lado la ficción, mucha gente al morir pide ser incinerado y que sus restos se esparzan en algún lugar. Muchas veces el mar suele ser el sitio escogido, pero ahora, gracias al Neptune Memorial Reef se puede escoger el fondo como lugar de reposo.

A poco más de 5 kilómetros de Miami, en la costa de Key Biscayne, podemos encontrar este mausoleo sumergido a 14 metros de profundidad. Todo comenzó como un proyecto de arte, una especie de réplica de la mítica ciudad de la Atlántida, pero la falta de dinero provocó que los entierros se convirtieran en una forma de financiar el proyecto, y hasta ahora parece que les funciona, ya que han realizado cerca de 200 entierros.

La idea es crear el arrecife artificial más grande del mundo, con una extensión total de 160.000 metros cuadrados y un total de 125.000 tumbas. Hasta el momento solo se han construido 5.000 metros cuadrados, pero este increíble mausoleo ya cuenta con 850 tumbas, arcos, esculturas, columnas e incluso hasta unas puertas, todo ello esparcido por el lecho marino.

Muchas de las obras acuáticas son temporales, y suelen ser utilizadas para hacer hincapié en el cuidado del medio ambiente. Por eso, para realizar este monumento funerario y hacerlo permanente, los promotores han tenido que pasar un extenso proceso de evaluación y permisos, consiguiendo la aprobación de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos o la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, entre otros.

Pero, ¿dónde están las urnas? En este caso, el método utilizado para no dañar el medio ambiente consiste en mezclar las cenizas con un cemento no-poroso, agua y arena. Esta mezcla se introduce en un molde a elección del cliente (conchas, estrellas de mar, etc) hasta que se solidifica. Posteriormente un buzo fija el molde en el arrecife, además una placa de bronce se coloca al lado de la estructura y se entrega un álbum de fotos a los familiares con todo el proceso, aunque también puede ser visitado desde internet. El precio varía dependiendo de donde quieras depositar los restos, ya que no es lo mismo estar en la columna del león que en alguna columna lateral.

De momento la vida marina va estableciéndose poco a poco, y en apenas dos años el arrecife cuenta con más de mil habitantes, desde esponjas o coral hasta pequeños peces tropicales. El lugar es accesible para todo el mundo de manera gratuita, pero además de atraer a numerosos buzos, muchos biólogos marinos e investigadores lo utilizan para estudiar un nuevo ecosistema en formación.

La única desventaja es que para poder visitar a tus seres queridos debes utilizar un traje de neopreno y aprender a bucear.

Vía: Amusing Planet

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