Marchar de vacaciones no suele ser barato y hacerlo con la familia, menos aún. Pero si encima se trata de una familia numerosa, entonces la cosa puede resultar ruinosa, al menos para un sueldo medio. Basta imaginar lo que puede suponer un presupuesto para todos: billetes de transporte y habitaciones de hotel para los padres y tres hijos, que actualmente constituyen el núcleo mínimo de esa categoría. Ya no entro en visados, comidas, entradas a los sitios turísticos y otros gastos que se van sumando, siempre multiplicados por cinco.
Por todo esto, la FEFN (Federación Española de Familias Numerosas) está trabajando en lo que llaman Sello de Turismo Familiar, una distinción para empresas, establecimientos, lugares de ocio y destinos interesados en ofrecer una alternativa a este tipo de viajeros. Experiencias pensadas para turismo familiar en aspectos como alojamiento, alimentación y entretenimiento que, tras la correspondiente inspección y aprobación, podrán ofertarse bajo ese sello.
¿De qué estaríamos hablando exactamente? Pues de habitaciones dobles y triples, programas de actividades diseñados para todas las edades, menús para niños, tronas y sillas adaptadas para los menores, un entorno adecuado y, en general, todo ese tipo de detalles que a los turistas digamos normales no les suelen suponer mayor problema.
De momento se ha estado trabajando en la fase teórica, definiendo los estándares que deben presentar los candidatos, sean cadenas hoteleras, restaurantes, lmedios de transporte, sitios turísticos, agencias de viajes, touroperadores, restaurantes y otros posibles ofertantes. Ahora se empezará a desarrollar cinco proyectos iniciales concretos que sirvan de modelo para darse a conocer en el sector y hacer los ajustes necesarios según se vaya viendo su funcionamiento.
Para todo esto, la FEFN cuenta con la ayuda de Developing Natural Activities, una consultora turística que calcula que el proyecto estará listo justo a tiempo, para el comienzo de la temporada estival, a finales de mayo. Una iniciativa que será bienvenida por las 42.000 familias numerosas españolas que están asociadas a la federación, pero también por el propio sector del turismo, que encuentra así un nuevo nicho diferenciado de clientela potencial, esa especialización a la que parece que se tiende en la actualidad para competir.