
¿Es arquitectura o escultura? Yo creo que la mejor síntesis posible de ambas. Un puente decorado a todo lo largo con la estilizada figura de un dragón que además de adornar y servir de emblema iconográfico, se permite el lujo de lanzar fuego por la boca. Fuego auténtico, quiero decir, como si fuera un ejemplar de verdad.
Hay que situarse geográficamente en Vietnam. El país del sudeste asiático, cada vez más incorporado a los circuitos turísticos, empezó a construir este puente en 2009, con vistas a inaugurarlo con ocasión del 38º aniversario del final de la guerra que asoló el territorio en los años sesenta y setenta. Uno de los episodios finales del conflicto fue la liberación (o conquista, según se mire) de la ciudad de Da Nang y ahí, atravesando el río Han, es donde se puede encontrar el puente.
Se llama Puente del Dragón, evidentemente, y es el más grande del mundo en su estilo, entendiendo por estilo el hecho de que tenga uno de esos seres mitológicos adosado. Uno y otro son de acero, con un peso total de 9.000 toneladas. Sumando sus longitudes miden 666 metros de largo por 37,5 de ancho. La pasarela está sostenida por pilares que forman 6 arcos mientras que el dragón está pintado de amarillo y recubierto de 2.500 bombillas LED que se encienden por la noche otorgándole un aspecto fantástico, espectacular.
Claro que, para espectáculo, nada como verlo abrir sus fauces y exhalar una llamarada. Es lo que hace de forma regular salvo cuando hay fiesta en la ciudad, entonces, con el cielo cubierto de explosiones de fuegos artificiales, hará justo lo contrario: en vez de escupir fuego, de su boca brotarán chorros de agua. Todo ello fruto de la imaginación del estudio de diseño Louis Berger Group, que se inspiró en la imagen clásica del folklore oriental: un dragón de la dinastía Li.
El primer ministro Nguyen Xuan Phu y el titular de Transportes Dinh La Thang presidieron la ceremonia de apertura junto a otras autoridades. No era para menos, teniendo en cuenta que los trabajos costaron 85 millones de dólares, pero es que se trata de una infraestructura fundamental para conectar el centro urbano y el entorno del aeropuerto con los distritos costeros de Son Tra y Ngu Hanh Son, destinos de playa.
De hecho, el del dragón no fue el único puente inaugurado. Simultáneamente se abrió el Tran Thi Ly, otro coloso aún mayor -aunque sin dragón- que mide 731 metros de longitud por 34,5 de anchura y que debe sustituir al viejo Nguyen Van Troi. De esta manera, se puede cruzar las aguas del río Han por un total de 6 puentes: Thuan Phuoc, Nguyen Van Troi, Tien Son Bridge y el que lleva el nombre del propio curso fluvial, además de los 2 recién estrenados.
Vía: theverge
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