Normalmente cuando hablamos de submarinos solemos pensar en los temibles U-Boot del ejército alemán que sembraron el pánico entre los buques que surcaban el Atlántico.
Pero el uso de los submarinos militares es anterior a la Segunda Guerra Mundial, y el dudoso honor de ser el primer submarino en hundir a otro barco corresponde al H. L. Hunley del ejercito Confederado, que en el año 1864 hundió el USS Housatonic en la bahía de Charleston.
Y es aquí donde empieza el misterio, ya que justo después de comunicar su logro, desapareció para nunca volver a ser visto.
Y así durante más de 100 años, hasta que fue encontrado en 1995 por el escritor y arqueólogo marino amateur, Clive Cussler. En el año 2000 fue reflotado, y posteriormente los investigadores han encontrado nuevas pruebas para resolver el misterioso hundimiento.
El submarino era extremadamente peligroso de operar y no tenía más suministro de aire que el contenido en el compartimento principal. Se desplazaba mediante una hélice que movían ocho marineros a través de un cigüeñal y su sistema de ataque consistía en un «torpedo pértiga«, o lo que es lo mismo, un largo poste en la proa, al que se le unía un torpedo equipado con una púa en su extremo.
La pértiga era para embestir y clavar el torpedo al barco. Una vez clavado, el submarino escapaba del lugar y detonaba la carga, que en el caso del Hunley eran 60 kilos de pólvora.
Pero los investigadores descubrieron que durante el ataque, el torpedo no se separó de la pértiga, y que el submarino se encontraba a tan sólo 6 metros del Housatonic cuando se produjo la explosión.
Los investigadores creen que ésta pudo haber herido a la tripulación o quizás dañado al submarino, lo que provocaría igualmente su hundimiento.