Si cuento que en uno de los últimos viajes que hice a Londres con easyJet tuve problemas al embarcar con mi equipaje de mano no estaré diciendo nada nuevo porque es algo por lo que habrán pasado muchos; las low cost son tan estrictas con ese tema que a veces llegan a extremos absurdos. En mi caso, además de un trolley de cabina que cumplía las medidas reglamentarias, llevaba una pequeña cámara fotográfica colgada al cuello por la que me cerraron el paso al embarcar, viéndome obligado a abrir el equipaje y guardarla dentro. Peor fue para muchas mujeres, que tuvieron que hacer lo mismo con sus bolsos.
Lo malo es que, a menudo, la pequeña maleta de mano resulta insuficiente para guardar todo. Mucha gente recurre a la técnica de la cebolla, poniéndose varias camisetas y jerseys pero, claro, resulta incómodo y no solventa el problema de cómo llevar otras cosas, caso de calzado diverso o los cada vez más numerosos gadgets, desde la mencionada cámara hasta el iPad, pasando por un maletín con cosas de trabajo, un ordenador portátil o una cámara de vídeo.
En fin, son situaciones que de un tiempo a esta parte han generado varias ideas para solucionarlas. La última retoma un concepto creado hace un par de años en EEUU, un abrigo que tenía 33 bolsillos de diferentes tamaños, cada uno pensado para guardar una cosa y del que hablamos en su momento en otro post. Se llamaba ScotteVest y acaba de salir la respuesta europea, comercializada por una empresa búlgara: Jaktogo.
La virtud de Jaktogo es que resulta más versátil porque se trata de una bolsa de viaje que se transforma en abrigo para poder embarcar y luego, una vez pasado el trámite, se puede reconvertir otra vez en bolsa. Al igual que su predecesor, tiene un montón de bolsillos donde guardar cada prenda hasta un total de 10 kilgramos, el tope permitido para equipaje de mano: 3 camisas, 3 pantalones, 3 camisetas, 3 mudas de ropa interior, 3 pares de calcetines, una sudadera con capucha y una toalla. Entonces se dobla sobre sí mismo y se cierra, pudiéndose llevarlo al hombro colgado de una correa; al llegar a la cola de embarque basta con abrirlo y deplegarlo, sacándole las mangas, para ponérselo comno un chaquetón normal y que la azafata no pueda decir nada.
Ambos artículos se venden on line, el americano por 160 dólares y Jaktogo por 79,95 euros. Como el primero lleva más tiempo en el mercado ha desarrollado toda una línea de ropa multibolsillos, mejorando el punto débil que tenía originalmente, el estético; el segundo fue presentado el mes pasado pero ya dispone de nuevas versiones en las que la bolsa, en vez de transformarse en chaquetón, lo hace en poncho o incluso en vestido femenino.
Habrá que ver si las aerolíneas de bajo coste no modifican su normativa para impedir el uso de estas prendas. Imagino que dependerá del éxito comercial que tengan.
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