¿Han visto esa foto? ¿No está frotándose los ojos aún? Se habrán quedado boquiabiertos, como yo cuando la encontré. Es el proyecto que el diseñador coreano Hyun-Seok Kim, del célebre estudio Yacht & Design, ha realizado para un yate de lujo de gran tamaño. Se llama Voronoi y a primera vista puede parecer una idea algo alocada, un portaaviones pasado por la coña de Blake Edwards, el director de la película Operación Pacífico (aquella en la que Cary Grant era el capitán de un submarino que acababa pintado de rosa), pero no, va en serio.

Y tanto. Empezando por la eslora, que mide 125 metros permitiendo que a bordo se disponga de equipamientos exquisitos tan poco náuticos como un campo de golf con césped natural, un gimnasio y un teatro de 35 asientos. A ellos se unen una piscina decorada con columnas clásicas, un impresionante jacuzzi con vistas al mar, un par de bares a popa, un comedor para 35 comensales e incluso 5 boxes que pueden servir para tratamientos de belleza o, en caso de necesitarse, como salas de urgencias hospitalarias.

El navío tiene 5 cubiertas y la exterior queda envuelta por ese singular, llamativo e insólita superestructura externa de acero y aluminio que se extiende de extremo a extremo confiriéndole un aspecto inconfundible y diferenciado; pretende imitar los corales de los fondos marinos, tanto en formas como en colorido.

Y les recomiendo ver la foto de un pequeño submarino de emergencia que también lleva a bordo; es tan inaudito y poco convencional como su hermano mayor y, de hecho, también recuerda a una nave, curiosamente también de salvamento pero en este caso espacial: el Narcissus, escenario de los momentos finales de Alien.

Todos estos detalles hacen que no sea precisamente un barco al alcance de cualquiera. El coste será de 125 millones de euros, que pagará quien los tenga claro. En la foto se ha representado al lado del Eclipse del magnate ruso Roman Abramovich. Podría ser una pista.

Pero lo más sorprendente de todo es que Hyun-Seok Kim, que en 2011 ganó el premio Millenium Yacht Design Award (él tiene 32), dice haberse basado en un teorema matemático concebir el yate: el del ruso Georgy Voronoi, que además da nombre a la embarcación. No voy a explicarles el asunto para no liarlo; sólo reseñar que parte de la idea de trazar mediatrices de los segmentos de unión para unir puntos y así obtener polígonos de perímetros equidistantes, algo que se consigue mediante ecuaciones que permutan algoritmos. Al cambio, distribución de espacios de forma similar a la estructura celular o lo panales de abeja.

Vía: dsgnr studio

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